viernes, 30 de agosto de 2013

Un manual para las buenas relaciones con discapacitados


La Agencia Navarra para la Autonomía de las Personas ha editado un documento para interactuar de manera correcta con personas con discapacidad


Un manual para las buenas relaciones con discapacitados
Recomiendan que se hable directamente con la persona con discapacidad y no con su acompañante.
¿Cómo mantener una relación con personas que sufren discapacidad sensorial, motora, intelectual o con enfermedad mental? ¿Cómo lograr igualdad de condiciones para todos, gracias a ese trato correcto y decente para cada persona? La Agencia Navarra para la Autonomía de las Personas (ANAP), junto al Comité de Representantes de Personas con Discapacidad de Navarra (CORMIN), ha elaborado un manual, del que destacan estos consejos:
Para personas con discapacidad intelectual:
-Recordar que son capaces de comunicarse.
-Dirigirse a ellas de acuerdo a su edad cronológica. Evitar infantilizar el lenguaje si no es un niño.
-Mostrar respeto ante sus opiniones.
-Emplear frases cortas, claras y sencillas.
-Reducir en las conversaciones la estimulación sensorial, las interrupciones y dar una mayor importancia a la comunicación no verbal como gestos, sonrisas o miradas.
Para personas con discapacidad visual:
-Hablar mirando a la cara y dirigirse directamente a ellas y no a su acompañante.
-Sustituir términos como “aquí”, “allí”, “esto” o “aquello” por otros más orientativos como “a tu izquierda”, “detrás de ti”.
-Emplear expresiones como “mirar” o “ver” (las personas con discapacidad visual las utilizan habitualmente en sus conversaciones).
-Evitar exclamaciones como “¡ay!” o “¡cuidado!” a la hora de avisar de obstáculos en la ruta. Preferir palabas más informativas como “¡alto!”. Luego explicar verbalmente el peligro o ayudarles para que puedan evitarlo.
-Si solicitan ayuda, situarse delante de ellas (a un paso más o menos), en el lado contrario al bastón o al perro guía, si los hubiera; y ofrecerles el brazo para que se agarren a él.
-Es “imprescindible” que las personas con discapacidad visual “sientan que están gestionando la ayuda prestada y no que se tira de ellas”, señala la ANAP.
Para personas con discapacidad auditiva:
-Evitar hablarles sin que nos miren.
-Avisarles cuando queramos conversar con ellas.
-Vocalizar bien, sin exagerar ni elevar el volumen de voz.
-Apoyar el mensaje con gestos naturales, pero sin sobre actuar.
-Hablar de frente, con la cara bien iluminada y de cerca, para facilitarles la lectura de los labios.
-Ofrecer información complementaria sobre cualquier estímulo auditivo, como músicas de fondo, mensajes por megafonía, etc.
Para personas con discapacidad motora:
-Poner las cosas a su alcance y colaborar en sus desplazamientos en silla de ruedas una vez lo hayan solicitado.
-Para subir escalones, poner de frente a ellas la silla, de manera que se eleven primero las ruedas delanteras y luego las traseras.
-Para bajar el escalón, colocar la silla de espaldas, de manera que bajen primero las ruedas traseras.
-En el caso de una rampa, la silla de ruedas deberá estar de frente a ella cuando se vaya a subir, mientras que para bajar irá de espaldas a la rampa.
-Respetar la iniciativa y el ritmo de las personas con discapacidad, sin interferir.
-Escucharles sin prisa y hasta el final, aunque se intuya lo que quieren decir.
-Evitar completar sus frases o terminar sus mensajes.
Para personas con enfermedad mental:
-Tratarlas de igual a igual, de forma natural y con respeto y discreción.
-Dirigirse a ellas de acuerdo a su edad cronológica, evitando infantilizar el lenguaje si no es un niño.
-Mostrar respeto ante sus opiniones.
El Manual completo puede ser consultado en el siguiente enlace.

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