viernes, 21 de marzo de 2014

Condenan a 6 años de cárcel al dueño de un bar de Atarfe juzgado por ruidos

 Granada Hoy

El fallo admite que los vecinos soportaron durante siete años emisiones por encima de los niveles legales
Y. H. Granada                   

La Audiencia de Granada ha considerado probado que el dueño de un bar de Atarfe, Juan B.M., mantuvo durante varios años abierta al público una terraza con televisores y cadenas de música sin limitadores acústicos, provocando que algunos habitantes de la zona no pudieran descansar como es debido. Esta conducta, a juicio del tribunal de la Sección Primera, integra un delito contra el medio ambiente por emisión de ruidos, por el que ha impuesto 6 años de cárcel al propietario del establecimiento, según el fallo al que ha tenido acceso este diario.

La resolución, dictada el pasado 12 de marzo y que puede ser recurrida, considera además al acusado autor de cuatro faltas de lesiones por las dolencias que presentan los cuatro vecinos afectados, a quienes habrá de indemnizar con 6.000 euros a cada uno.

Por el delito de contaminación acústica, además de la pena privativa de libertad, le impone una multa de 2.160 euros, mientras que por las cuatro faltas lo condena a abonar 1.440 euros más. Junto ello, Juan B.M., de 42 años, no podrá ejercer como gerente de restauración durante un lustro.

En el relato de hechos probados, el tribunal señala que el bar del acusado estaba abierto al público con la correspondiente licencia municipal y que, antes de 2006, puso una terraza "para la que no obtuvo licencia ni permiso alguno". La actividad de la terraza se amplió "a todo el año, estando abierta hasta altas horas de la madrugada". Contaba con "al menos" dos televisores y una minicadena con altavoces que provocaba "emisión de sonido superior a los límites permitidos legalmente, lo que causaba molestias a los vecinos", en especial a una familia integrada por un matrimonio y sus dos hijas, ambas menores de edad en aquellas fechas.

"La música emitida por los aparatos instalados, las conversaciones y demás ruidos provocados por el funcionamiento de la terraza perturbaron la tranquilidad y sosiego de la familia, que no podía descansar ni concentrarse en actividad alguna, dado que su vivienda es colindante con el bar y la terraza".

Fueron varias las quejas que el matrimonio presentó en el Ayuntamiento de Atarfe ante esta situación. El 12 de abril de 2011 el Consistorio ordenó el cierre cautelar de la terraza, pero a pesar de ello, "continuó funcionando", autorizándose al final su apertura en marzo de 2012.

Las mediciones llevadas a cabo para analizar el ruido procedente del establecimiento arrojó resultados de hasta 53 decibelios. Ansiedad, trastornos del sueño e intensificación de migrañas -dolores de cabeza- son algunas de las lesiones que presentaban los perjudicados.

La Audiencia concluye que la situación vivida por los afectados -contaminación acústica- durante siete años "es un riesgo grave para la salud".

El órgano que instruyó el caso fue el Juzgado de Instrucción 9 de la capital. La defensa solicitaba la libre absolución.




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