martes, 18 de marzo de 2014

Alergias: Se presenta una primavera muy dura para los afectados


Expertos advierten de que la concentración de polen será similar a la tasa récord establecida durante el año pasado

Ideal Granada

Mientras que para la mayoría de los ciudadanos la llegada de la primavera es sinónimo de bienestar tras el duro invierno, cuando por fin podemos disfrutar de los primeros rayos de sol, los días más largos y las temperaturas suaves, hay miles de personas que temen la entrada de una estación que, para ellos, está considerada de 'alto riesgo'. Son los alérgicos al polen, un amplio colectivo que ya ha empezado a ‘sufrir’ estas jornadas de anticipo primaveral con estornudos, lagrimeo, picor nasal... Lo peor está por venir: según los expertos, se avecina una primavera tan dura e intensa como lo fue la del año pasado, que amenaza con causar estragos en la salud de casi el 20% de la población.
El presidente de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología no se anda con rodeos: «Viene un año calentito», advierte gráficamente José María Olaguibel. Ya en la primavera de 2013 se alcanzaron máximos diarios de concentración de polen que no se registraban desde 2007, con 5.400 granos por metro cúbico. A pesar de este récord, no resultó especialmente complicada para los pacientes por la intermitencia de los «días pico», una circunstancia que los expertos esperan que se repita en un año que se presenta, a priori, también «crítico» para los afectados por la ‘fiebre del heno’. El modelo predictivo para la estación que arrancará oficialmente el próximo jueves, día 20, –aunque la primavera meteorológica comenzó el pasado 1 de marzo– arroja incluso tasas mayores que las de la temporada precedente. No hay por qué alarmarse: José María Olaguibel insiste en que identificar el riesgo, exponerse al polen «lo menos posible» y seguir el tratamiento adecuado son las claves para que los alérgicos no tengan «nada que temer».
Aunque se empieza a apreciar estos días las primeras señales de la polinización típica del ciprés, los efectos del olivo y las gramíneas (trigo, cebada...) empezarán a notarse aún más en abril, mayo y junio. Será cuando los afectados deberán prestar especial atención a los síntomas,
Además de los molestos síntomas que acarrean para quien las sufre, estas afecciones tienen un elevado impacto en costes de asistencia médica o absentismo laboral, mayores incluso que la hipertensión arterial o la diabetes, cifrada en unos 1.700 euros por paciente al año (costes directos o indirectos). Según los cálculos de los expertos, cada tratamiento cuesta unos 400 euros al año, cerca de 20 euros mensuales cada vacuna inyectada –el 60% cubierto por financiación pública– y el gasto en inhaladores se eleva a unos 50 euros al mes.

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