Expertos señalan que una correcta
manipulación e higiene a la hora de preparar los alimentos evitaría
numerosas intoxicaciones durante la época estival. Aquí sus
recomendaciones
En verano cambian las rutinas diarias y por ende la forma
de alimentarnos. El número de ingestas, la cantidad y la forma de
preparar las comidas también pueden verse afectadas por el lugar donde
estas se preparan o se consumen. Según afirman en un comunicado
especialistas del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital
Universitario Nuestra Señora de Candelaria (HUNSC), “si dichos cambios
no se realizan extremando las medidas higiénico-sanitarias, pueden
derivar en intoxicaciones alimentarias”.
De ellas, explican, “las más frecuentes son las
gastroenteritis, inflamación del estómago y los intestinos que se
producen cuando algunos microorganismos como virus, parásitos o
bacterias se multiplican en el tubo digestivo, como consecuencia de la
ingesta de alimentos contaminados con estos agentes o sus toxinas. Si
bien las toxiinfecciones alimentarias se producen a lo largo de todo el
año, su incidencia aumenta durante los meses de verano debido a las
altas temperatura al favorecer la reproducción de dichos
microorganismos, y también porque existe una tendencia a comer fuera de
casa”, aclaran.
Pautas para evitar problemas de salud
Desde el Hospital Universitario Nuestra Señora de
Candelaria, adscrito a la consejería de Sanidad del Gobierno de
Canarias, ofrecen algunos consejos básicos para prevenir las
intoxicaciones alimentarias:
-Lavar las manos antes, durante y después de preparar las comidas.
-Evitar la contaminación cruzada separando productos crudos
de cocinados y lavando los utensilios de cocina tras cada uso, sobre
todo tras manipular alimentos no cocinados.
-Lavar y pelar frutas y verduras.
-No consumir leche cruda o no pasteurizada, tampoco huevos crudos, carne cruda o insuficientemente cocinada.
-Prescindir de la elaboración de salsas caseras.
-Preparar el menú o los alimentos con la menor antelación
posible antes de su consumo y cuando estén listos, no dejar pasar mucho
tiempo hasta su ingesta ni aprovechar el producto sobrante.
-No descongelar los alimentos a temperatura ambiente sino en el frigorífico hasta ser cocinados.
-Mantener los alimentos en la temperatura adecuada, no
recongelarlos y no tomar alimentos de establecimientos que no cuenten
con sistemas de protección como vitrinas o frigoríficos.
Principales causantes de toxiinfecciones alimentarias
La salmonella una bacteria que se transmite por la ingesta
de alimentos contaminados -como huevos y derivados, aves, carne, frutas o
vegetales sin lavar- así como por personas que se han contaminado
durante su manipulación, es el patógeno causante del mayor número de
gastroenteritis por intoxicación alimentaria, pero “existen otras
bacterias como la E. Coli (que llega al cuerpo humano a través del
consumo de carne mal cocinada o leche sin pasteurizar), el estafilococo
(que se adhiere tras manipular alimentos salsas, mayonesas o pastas
rellenas de crema por parte de personas infectadas), o también virus
(como el norovirus) reconocidos como causas frecuentes de
toxiinfecciones alimentarias”.
Las consecuencias de la gastroenteritis dependerán de la
edad, el estado de salud del paciente y la causa que haya provocado esta
intoxicación, explican los especialistas. “En las gastroenteritis la
presencia de vómitos y diarreas ocasionan pérdidas de líquido y
electrolitos causando deshidratación, sed, dolor de cabeza, debilidad,
mareos, somnolencia, irritabilidad, cansancio, dificultad para
concentrarse, bajada de tensión arterial. Si esta no se corrige o se
prolonga en el tiempo, puede llegar a alterar el funcionamiento de otros
órganos como el riñón”, advierten.
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