domingo, 14 de agosto de 2011

Temporada alta para los ladrones (Ideal.es)

Las salidas vacacionales de agosto son la época más propicia para sufrir un robo en el hogar
Agosto es temporada alta para actividades mucho menos placenteras que las vacaciones, pues en verano se concentran buena parte de los casos de asaltos a viviendas. Aunque la mayoría de los ciudadanos aplican unos consejos básicos para protegerse cuando se van de viaje, aspectos tales como el auge de las redes sociales, la falta de contacto con los vecinos y la proliferación de aparatos eléctricos en los hogares han creado nuevas amenazas que conviene conocer para evitar ser víctima de un robo, o en su caso paliar sus consecuencias.

Estadísticamente, uno de los periodos de mayor índice de robos en domicilios se registra durante las vacaciones de verano y Semana Santa, confirma la Policía. La clave es no divulgar por ningún medio su proyecto de viaje o vacaciones, y comunicar solo a los más allegados dónde pueden localizarle.
En este punto, las redes sociales y los blogs se han convertido en una vía creciente para que extraños accedan a datos personales, y no son pocos los que se aventuran a comentar sin pudor que están en tal o cual ciudad del mundo, y olvidan que el perfil personal puede contener la dirección exacta de la casa que en esos momentos está desprotegida.
Existen varias acciones posibles para evitar la sensación de que el piso está vacío: la importancia de dejar a un familiar o vecino a cargo de recoger el correo del buzón, de subir las cortinas, en definitiva, de dejarse ver. No se deben bajar totalmente las persianas. Como truco, se puede instalar un temporizador en algún enchufe, con una lámpara cerca de una ventana al exterior, así como una radio o una televisión, para que se encienda al anochecer.
Hay que prestar especial atención a las ventanas y balcones que dan a patios interiores y sitios ocultos y vulnerables. La Policía llama la atención sobre algunos malos hábitos, como colocar la llave bajo el felpudo. Incluso hay quien, con mal criterio, deja en la puerta una nota avisando de la ausencia.
Contratar una alarma
Sin embargo, en la tipología de viviendas más vulnerables, como por ejemplo las casas aisladas, los chalets y los áticos, estas precauciones puede que no sean suficientes. Los delincuentes tienen métodos muy fáciles para comprobar si la casa está realmente ocupada, llamando al portero electrónico o por teléfono, incluso vigilan sus objetivos durante varios días. En estos casos puede ser necesario recurrir a la seguridad privada. «Instalar un sistema de seguridad es lo más efectivo. Se ha avanzado mucho y han bajado los precios. Los costes son bajos en comparación con los perjuicios», aseguran fuentes del sector.
Existen numerosas campañas de promoción en este sentido y según ha podido comprobar este periódico se puede contar con una alarma desde 99 euros con toda la instalación, y con un servicio de atención las 24 horas por unos 25 euros al mes. «Ahora hay unos precios muy competitivos en sistemas completos, de alta fiabilidad. A veces pensamos en las cantidades de antes, cuando los equipos eran más costosos, y es la solución si lo que quiere es estar tranquilo de verdad», añaden. Por lo general, los ladrones de casas van a lo más fácil, y la alarma tiene un efecto disuasorio inmediato.
Inventario de bienes
A pesar de todas las precauciones, hay ocasiones en las que no se consigue evitar el robo, aunque hay medidas que permiten, al menos, paliar sus consecuencias. La Policía recomienda que durante una ausencia prolongada no se deje dentro de la casa ningún objeto de valor, con especial atención al dinero en metálico, las tarjetas de crédito y las joyas, que habrá que guardar en una caja fuerte, bien en el domicilio o bien en un banco.
Otro punto importante son los pequeños electrodomésticos, especialmente ordenadores portátiles, cámaras de fotos y vídeo, reproductores etc... que son los preferidos por los delincuentes, porque tienen fácil salida en el mercado y son igualmente sencillos de transportar.
En este caso, aconseja realizar un inventario con todos los equipos, que incluya marca, tipo y número de fabricación, incluso fotografías. En este caso no se trata de evitar su sustracción, sino dificultar su posterior venta, facilitar el trabajo de la policía y, en última instancia, cobrar el seguro (si este lo contempla).

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