Un coche sobrecargado pierde la estabilidad ante una maniobra de emergencia y al conductor le cuesta más mantener el control del vehículo. A ello se suma el riesgo de que en un choque a 50 km/h, una maleta de 23 kilos sale proyectada hacia delante con un peso de más de una tonelada, según explicaron fuentes de Departamento de Seguridad Vial del RACE.
Durante los grandes desplazamientos veraniegos los maleteros se llenan hasta los topes sin tener en cuenta que en los vehículos con carga “el ajuste de las suspensiones y los amortiguadores dejan de adaptarse al incremento de las masas, ya que el balanceo aumenta significativamente ante cualquier maniobra”. Por regla general, “resulta más difícil conducir vehículos cargados que vehículos que no lleven carga”, destacan los expertos.
Sobrecargar un vehículo afecta negativamente a la eficacia de los sistemas de seguridad electrónicos, como el control de estabilidad ESP, y puede aumentar la distancia de frenado. Por ello, el conductor debe de tener en cuenta ese exceso de peso para adaptar su estilo de conducción al cambio en la dinámica del coche.
Con una sobrecarga “es posible que se produzcan situaciones muy peligrosas que incrementen el riesgo, primero porque se perderá el control del vehículo con mayor facilidad y, segundo, porque una vez que se produce el accidente las consecuencias serán más graves debido a la peligrosidad de llevar el equipaje mal sujeto”, indican desde el RACE. Y es que en un choque a solo 50 km/h, el equipaje puede alcanzar un peso 50 veces su propia masa al ser lanzado hacia delante, causando graves daños a los ocupantes.
Desde el RACE aconsejan antes de emprender el viaje: sujetar el equipaje con cintas tensoras para evitar que pueda moverse, utilizar una red de separación de alta resistencia que evita que las maletas pueda alcanzar a los ocupantes al salir proyectadas, apoyar la carga en la zona más adelantada contra la superficie fija del vehículo para que no se desplace acumulando una mayor energía cinética, distribuir uniformemente la carga y con el centro de gravedad lo más bajo posible, es decir, el equipaje de mayor peso sobre la plataforma del vehículo y centrado entre los dos ejes, cubrir con una manta todo lo que pueda convertirse en objetos cortantes, como el cristal, con objeto de evitar que estallen y salgan disparados y tomarse tiempo suficiente para asegurar correctamente la carga. De ello depende en gran medida la seguridad de los ocupantes.
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