Los datos relativos al año 2010 revelan que el 38% corresponde a fuegos originados por la mano del hombre · La quema agrícola de lindes y fincas y la de restos de poda son la principal causa de los fuegos por descuidos.
La llegada de las altas temperaturas pone en alerta a los efectivos del Infoca. Una época que para los vigilantes de los bosques, es temporada alta por el gran número de incendios que se originan en los meses estivales. Pero además del calor, existen otros factores que elevan el riesgo de fuego en el campo. La escasez de precipitaciones, el resecamiento de los bosques y una mayor presencia de actividades humanas, agitan un cóctel prefecto para que se acrecienten el número de fuegos. Lo cierto es que en Granada, este verano, no ha habido por el momento, ningún fuego de grandes dimensiones. De todas formas no se debe bajar la guardia. Sobre todo si se tiene en cuenta que de 117 incendios forestales registrados el año pasado en la provincia, el 38% fueron provocados intencionadamente por la mano del hombre.
¿Pero, cuáles son los motivos que pueden inducir a alguien a quemar un paraje natural? Se puede pensar que es sólo por gamberrismo o simple piromanía, pero existen muchos otros factores. Según datos extraídos del informe elaborado por la Junta de Andalucía sobre incendios forestales, las causas de los fuegos intencionados también son la mejora de pastizales provocados por ganaderos, el fuego provocado por cazadores para facilitar la caza, destrucción de vegetación que moleste a alguna actividad agraria, motivos urbanísticos o rencillas . Aunque casi del 50% de los que se producen no se obtiene mucha información.
Existen otros, pero ¿qué motivos originaron el resto de los incendios en 2010? Accidentales en un 12%, naturales y por causas desconocidas en menor medida. Porcentajes ínfimos cuando se compara con el 39% que registran los incendios provocados por negligencia. Hay que tener especial cuidado al apagar un fuego en el campo y por supuesto, no arrojar colillas aún encendidas al bosque. Pero la cifra más alta de incendios provocados por descuido se registran en la quema agrícola de lindes y fincas y la de los restos de poda.
Evidentemente, el mayor número de incendios se producen en verano. El año pasado, la palma se la llevó julio con diecisiete. Pero no se deben menospreciar los meses anteriores y posteriores a la ola de calor. En octubre hubo quince incendios y en mayo, el número coincidió con los del mes de agosto, trece. Por ello, los retenes del Infoca, no dejan de prestar atención a las señales de humo que emanan de la montaña. Los meses en los que se registraron los mayores picos.
Las negligencias y los fuegos intencionados cubren casi la mayor parte del pastel con un 38 y 39% respectivamente. Un daño medioambiental difícil de resarcir. Por ello, desde la Delegación de Medio Ambiente quieren hacer un llamamiento a todos los ciudadanos para que sean prudentes y sensatos en el campo. Advierten que la mano del hombre está detrás del 90% de los incendios ya sean intencionados, accidentales o por negligencia. "Ésta es la principal causa de los siniestros en Granada y por esto nos gustaría volver a hacer un llamamiento a la responsabilidad de todos los ciudadanos cuando se encuentren en zonas sensibles y no sólo durante los meses de verano, sino todo el año". Además, indican que al igual que los diferentes retenes del Infoca actúan durante todo el año, la precaución de todos los ciudadanos durante los doce meses debe de ser la misma. "Los espacios naturales deben estar en alerta todos los meses del año", concluyen.
Las Brigadas de Investigación de Fuegos Forestales (BIFF) trabajan para que los incendios realizados de forma premeditada no queden impunes. En los últimos trece años, el número de incendios investigados ha crecido. En el año 1998 de 268 incendios registrados en la provincia se investigaron sólo 56. Sin embargo, el año pasado, de 117 se indagaron en las causas que los habían motivado en 93 de ellos, un 80% del total. Tan sólo el 20% restante no se investigó porque estaban fuera del ámbito forestal y no había denuncia por infracción.
En el año 2002 se registró el número más elevado de incendios desde la entrada del nuevo siglo, en 2000. Doscientos setenta y seis fuegos, una cifra que ha descendido bastante en la actualidad. El número de fuegos del 2010 fueron 117. Una tendencia que debe mantenerse y estabilizarse. La importancia de los bosques para la vida es muy grande. Liberan oxígeno, depuran el aire, regulan el clima y posibilitan el sostenimiento de una mayor diversidad de especies. Por ello, cuidarlos, es pensar en el futuro.
¿Pero, cuáles son los motivos que pueden inducir a alguien a quemar un paraje natural? Se puede pensar que es sólo por gamberrismo o simple piromanía, pero existen muchos otros factores. Según datos extraídos del informe elaborado por la Junta de Andalucía sobre incendios forestales, las causas de los fuegos intencionados también son la mejora de pastizales provocados por ganaderos, el fuego provocado por cazadores para facilitar la caza, destrucción de vegetación que moleste a alguna actividad agraria, motivos urbanísticos o rencillas . Aunque casi del 50% de los que se producen no se obtiene mucha información.
Existen otros, pero ¿qué motivos originaron el resto de los incendios en 2010? Accidentales en un 12%, naturales y por causas desconocidas en menor medida. Porcentajes ínfimos cuando se compara con el 39% que registran los incendios provocados por negligencia. Hay que tener especial cuidado al apagar un fuego en el campo y por supuesto, no arrojar colillas aún encendidas al bosque. Pero la cifra más alta de incendios provocados por descuido se registran en la quema agrícola de lindes y fincas y la de los restos de poda.
Evidentemente, el mayor número de incendios se producen en verano. El año pasado, la palma se la llevó julio con diecisiete. Pero no se deben menospreciar los meses anteriores y posteriores a la ola de calor. En octubre hubo quince incendios y en mayo, el número coincidió con los del mes de agosto, trece. Por ello, los retenes del Infoca, no dejan de prestar atención a las señales de humo que emanan de la montaña. Los meses en los que se registraron los mayores picos.
Las negligencias y los fuegos intencionados cubren casi la mayor parte del pastel con un 38 y 39% respectivamente. Un daño medioambiental difícil de resarcir. Por ello, desde la Delegación de Medio Ambiente quieren hacer un llamamiento a todos los ciudadanos para que sean prudentes y sensatos en el campo. Advierten que la mano del hombre está detrás del 90% de los incendios ya sean intencionados, accidentales o por negligencia. "Ésta es la principal causa de los siniestros en Granada y por esto nos gustaría volver a hacer un llamamiento a la responsabilidad de todos los ciudadanos cuando se encuentren en zonas sensibles y no sólo durante los meses de verano, sino todo el año". Además, indican que al igual que los diferentes retenes del Infoca actúan durante todo el año, la precaución de todos los ciudadanos durante los doce meses debe de ser la misma. "Los espacios naturales deben estar en alerta todos los meses del año", concluyen.
Las Brigadas de Investigación de Fuegos Forestales (BIFF) trabajan para que los incendios realizados de forma premeditada no queden impunes. En los últimos trece años, el número de incendios investigados ha crecido. En el año 1998 de 268 incendios registrados en la provincia se investigaron sólo 56. Sin embargo, el año pasado, de 117 se indagaron en las causas que los habían motivado en 93 de ellos, un 80% del total. Tan sólo el 20% restante no se investigó porque estaban fuera del ámbito forestal y no había denuncia por infracción.
En el año 2002 se registró el número más elevado de incendios desde la entrada del nuevo siglo, en 2000. Doscientos setenta y seis fuegos, una cifra que ha descendido bastante en la actualidad. El número de fuegos del 2010 fueron 117. Una tendencia que debe mantenerse y estabilizarse. La importancia de los bosques para la vida es muy grande. Liberan oxígeno, depuran el aire, regulan el clima y posibilitan el sostenimiento de una mayor diversidad de especies. Por ello, cuidarlos, es pensar en el futuro.
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