jueves, 17 de marzo de 2011
Ideal.es-En Granada la tierra también tiembla como en Japón.
En 1431, un terremoto dañó la Alhambra. Otros dos se cobraron 851 vidas en 1884 y 1956. Granada ha sufrido en carne propia el dolor que ahora destroza a Japón
Las desgracias de la inmensa catástrofe de Granada se conocen en conjunto, pero los detalles que ahora se van recibiendo por cartas y periódicos, son verdaderamente horribles. Anteayer se sacaron de Albuñuelas 180 cadáveres y aún faltan de 'esplorar' muchas casas hundidas. Es imposible citar todos los actos de caridad y abnegación que se llevan a cabo por las personas.
Cuenta Rodrigo García Jiménez, veciño de Albuñuelas, que la trepidación fue tan espantosa que hallándose él en la cama fue despedido de ella a más de doce metros. La casa seguía 'crugiendo' y estremeciéndose, y entonces salió a toda prisa del edificio y medio desnudo. Muchas personas que habían tenido la suerte de salvarse en algunos pueblos, han muerto heladas, y otras de hambre. La situación de tanta familia es tan espantosa que destroza el alma.
Los vecinos salvados piden ropa, pan y algo caliente para alimentarse. El gobernador no puede acudir a tanta desgracia.
La población de Güevejar, fabricada sobre terrenos movedizos, va descendiendo lentamente hacia el fondo del valle. En las inmediaciones se ha abierto una grieta profundísima y ancha: tiene cuatro kilómetros de longitud. En Turón, al sentirse el temblor, la campana de la torre empezó a tocar. El pánico se apoderó del vecindario, la noche estaba serena; la luna brillaba y en el espacio no había una nube. De repente la luna se oscurece y empezó a diluviar de un modo torrencial».
Así describía 'El Norte de Castilla' en sus ediciones de diciembre de 1884 el terremoto que había destrozado el día de Navidad una amplia comarca de Granada. Luego se supo que el seísmo, con epicentro en Arenas del Rey, se había cobrado la vida de 839 personas, muchas de ellas a consecuencia de las heridas no curadas, del frío provocado por la intemperie y del hambre. Hubo 4.400 edificios destrozados y otros 13.000 con graves daños en las localidades de Arenas, Dúrcal, Albuñuelas, Cónchar....
Para socorrer a las víctimas se abrió una suscripción popular y se celebraron conciertos benéficos; uno de ellos, el del Teatro Real, contó con la asistencia de los reyes Alfonso XII y María Cristina.
La provincia de Granada tiene una larga convivencia con los terremotos. El 24 de abril de 1431, un seísmo de magnitud 6,7 provocó graves daños en la Alhambra. En 1531 le tocó a Baza, en 1680 a Alhaurín el Grande. En 1806 hubo 13 muertos en Pinos Puente.... Los movimientos sísmicos se han ido sucediendo con la larga cadencia con que la Tierra ventila sus asuntos telúricos.
Pánico en la capital
Pero del que más memoria se guarda es del seísmo ocurrido pasadas las seis y media de la tarde del 19 de abril de 1956, en Atarfe y Albolote. El temblor fue seguido de 116 réplicas, que sumieron en la incertidumbre durante semanas a las gentes de la comarca.
Hubo siete muertos como consecuencia directa del derrumbe de las endebles viviendas y cinco más provocadas por un corrimiento de tierras que hizo derrumbarse la cueva donde vivía una familia, en Boiro. Pastor, un estudioso del seísmo, achacó los destrozos «a la mala calidad de las construcciones y a la escasa coherencia de los materiales». Los vecinos fueron realojados en tiendas de campaña del Ejército y del Frente de Juventudes y recibieron la visita y algunas promesas del general Franco. El terremoto se dejó sentir en la capital, los vecinos se lanzaron a la calle, «el pánico fue general», anota un estudio de la Universidad de Granada. Todo esto pasó hace nada. Aquí. Japón no está tan lejos.
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