No es casualidad que la mayoría de los grandes casos de presunta corrupción política que se han registrado en los últimos años en Granada hayan ocurrido en las cercanías de la capital, en ciudades del Área Metropolitana como Alhendín, Armilla, Atarfe u Ogíjares, por donde ha ido extendiéndose la población. La ecuación sería más o menos ésta: a más ladrillo, más posibilidades de caer en la tentación. Son lugares donde algunos promotores han tratado de sortear las reglas -en los pueblos más pequeños llamadas normas subsidiarias, en los más grandes, Plan General de Ordenación Urbana- para aumentar el volumen de edificabilidad o para construir en terrenos teóricamente destinados a otros usos.
Esos promotores contaron en ocasiones -siempre presuntamente- con la complicidad de alcaldes o concejales de Urbanismo, que para dar verosimilitud a sus decisiones sobre el cambio de uso de tal o cual parcela, para que no pareciera un mero capricho, dijeron basarse siempre en informes de técnicos municipales que avalaban las operaciones. De ahí que en los sumarios judiciales también aparezcan en no pocas ocasiones esos concejales de Urbanismo, esos promotores y esos técnicos.
Se dice de la Justicia que es lenta, pero llega. En Marbella, donde empieza a juzgarse el que según todos los especialistas ha sido el caso más escandaloso de corrupción urbanística habido en España, está llegando. En Granada ya se han emitido sentencias que demuestran que el que la hace la paga, como la muy reciente de la Audiencia -el pasado de octubre- que ratificaba un anterior fallo de un juzgado de lo Penal y condenaba por prevaricación a dos ex alcaldes de Monachil, pueblo que no está en el Cinturón pero, por turístico, muy goloso para el que quiera saltarse la norma.
Sin embargo, otros muchos casos se han resuelto con absoluciones. Del Ojo acumula una decena de sentencias favorables; Benavides o Víctor Sánchez, otras tantas. En un sistema legal garantista como el que hay, es necesario probar la culpa, y eso no es tan sencillo.
granada hoy
No hay comentarios:
Publicar un comentario