Tomás Ruiz Maeso (Úbeda, 1953), es desde el pasado viernes alcalde de uno de los municipios granadinos de mayor crecimiento y también de los más polémicos: Atarfe. Llega a la alcaldía envuelto en esa polémica por la decisión de Víctor Sánchez, el anterior primer edil, de dimitir tras ser condenado por un delito contra el medio ambiente.
Ruiz Maeso estudio en los Jesuitas y la Safa de su ciudad natal, una educación con religiosos que asegura le inculcaron sus ideas de izquierda. De hecho, años más tarde volvió como profesor a uno de sus colegios para participar en una experiencia educativa libertaria. Es técnico industrial y, desde que comenzó a estudiar, ha alternado esos estudios con el trabajo. Paradójicamente no es católico y dice que apostató en Liverpool. Y es que, tras terminar sus estudios, se marchó con la que hoy es mujer y con la que vive junto a una hija veinteañera, a Manchester y Liverpool, una experiencia que no olvida.
Es hijo de un representante comercial “que murió de un infarto con la misma edad con la que he sido alcalde”. Hace veinte años se instaló en Los Cortijos, una pedanía de Atarfe junto a Caparacena y lo nombraron presidente de la urbanización, cargo en el que lleva dos décadas y que fue precisamente lo que le hizo entrar en política “porque yo andaba siempre con reivindicaciones en el Ayuntamiento y al final me ofrecieron ir en las listas hace siete años”.
Desde entonces, ocupa el cargo de edil de Cultura y Fiestas y desde su área ha proyectado a su municipio incluso más allá de nuestras fronteras con la construcción de un Centro Cultural y un Coliseo que albergan macroespectáculos. Hace poco deporte desde que está en política, tiene artrosis en una rodilla y no ha fumado nunca “aunque no soy antitabaco; no me molestan que fumen cuando yo estoy aunque mi mujer, que fue fumadora, no soporta el humo”. No es de ir de cañas “ni de cafés, porque no tengo tiempo ni forma parte de mis hábitos”, aunque reunirse con sus amigos “que puedo contar con los dedos de la mano y de los que no me preocupa su ideología” es una de sus aficiones. Tampoco le gusta el fútbol, aunque sí el cine – es un cinéfilo irrecuperable, dice, cuando rememora sus sesiones de niño en el cine al aire libre La Cava de su Úbeda natal- y la música.
Es elegante en sus maneras y en su forma de vestir, muy educado, de verbo fácil y habla con claridad. Casi siempre sonríe –sólo se pone serio para desgranarse en elogios hacia el anterior alcalde “un hombre honrado y trabajador” –y su asertividad delata que es un animal político, en el buen sentido de la palabra. Quizá por eso la imagen que de Tomás Ruiz se tiene en el pueblo es positiva.
Quien han hablado con él aseguran que es una persona muy abierta, que saluda a todo el mundo “y con la que se puede hablar”. Quienes no han hablado en él le conocen “porque siempre está en todos los festejos que organiza el Ayuntamiento”. Desde luego ya es algo para comenzar un mandato que no se presenta fácil, porque la oposición le ha recibido con recelo. Para el portavoz del Partido Popular, José Manuel Aranda, “se trata de algo novedoso y en principio es alguien con quien se puede hablar, pero esperamos que tome iniciativas”. Algo más expeditiva es Rosa Félix, la portavoz de Izquierda Unida, que desconfía del nuevo regidor “porque nos tiene que demostrar que habrá un cambio.
A quienes dicen que en Cultura y Fiestas se ha hecho una política de escaparate, les contesta que “hemos arriesgado mucho para aportar algo no sólo para a Atarfe, sino a toda el área metropolitana, porque aquí vienen desde la Orquesta Ciudad de Granada con sus conciertos didácticos, hasta alumnos de todos los municipios a la Escuela de Música, y cuando actúa en el Centro Medina Elvira una orquesta rusa, por ejemplo, se encuentra una sala igual que cualquiera de las mejores de Europa”. No obstante, el nuevo alcalde matiza que ha reorganizado la cultura de base “sin perder las tradiciones culturales del pueblo”.
IDEAL GRANADA
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