sábado, 21 de septiembre de 2013

Los grandes expertos luchan contra la obesidad y el sedentarismo


Nace en España el primer documento de consenso a nivel mundial para afrontar multidisciplinarmente dos de las ‘plagas’ del siglo


Los grandes expertos luchan contra la obesidad y el sedentarismo
Infografía informativa sobre el Documento de Consenso 'Obesidad y Sedentarismo en el Siglo XXI: ¿qué se puede y se debe hacer?'. CORTESÍA DE LA UNIVERSIDAD SAN PABLO CEU.
Grandes profesionales españoles en materia de nutrición, bioquímica y biología molecular. Nutrigenómica, inmunonutrición, endocrinología, epidemiología, pediatría, atención primaria, control clínico y hospitalario, salud pública, educación, ciencias de la actividad física y del deporte y medicina del deporte se han unido para desarrollar el Primer Documento de Consenso del mundo sobre obesidad y sedentarismo.
Coordinados por el profesor Gregorio Varela-Moreiras, presidente de la Fundación Española de Nutrición y catedrático de Nutrición y Bromatología de la Universidad San Pablo Ceu de Madrid, todos han coincidido en la necesidad de realizar un abordaje integrado del sobrepeso y la obesidad que analice todos los factores que influyen en su desarrollo.
«Durante las últimas décadas se han producido cambios importantes en los hábitos de vida de la población, tanto en los patrones alimentarios como de actividad física, reflejados en un progresivo abandono del estilo de vida mediterráneo. Cada vez se recurre con más frecuencia a actividades de muy bajo coste energético, como las videoconsolas, videojuegos, Internet, etc. Al mismo tiempo, situaciones como la menor seguridad vial y ciudadana han hecho que disminuya de forma considerable el porcentaje de adultos y niños que se desplazan a pie o en bicicleta al trabajo y colegio, o que corren y juegan por las calles», explica el profesor Varela-Moreiras.
Según la última Encuesta Nacional de Salud, cuatro de cada diez personas (41,3 por ciento) se declara sedentaria al no realizar ninguna actividad física en su tiempo libre. Por sexos, estos sucede en uno de cada tres hombres (35,9 por ciento) y en casi una de cada dos mujeres (46,6 por ciento).
Además, numerosos trabajos científicos asocian el sedentarismo con factores de riesgo de múltiples enfermedades crónicas (hipertensión arterial, colesterol elevado, triglicéridos, diabetes, ciertos tipos de cáncer, etc), mientras que, por el contrario, una vida físicamente activa produce numerosos beneficios para la salud y disminuye el riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares.
Principales conclusiones
1. En la prevención del sobrepeso y la obesidad, y el exceso de sedentarismo y la inactividad física, adquieren especial relevancia los aspectos sociales. Ello significa que se debe fomentar, por un lado, el hecho de que no solo es importante lo que se come y lo que se bebe, sino también el cómo se come y cómo nos movemos, procurando recuperar y/o mantener todo lo relacionado con la socialización de la comida o la vida activa compartida. Existe la opinión unánime de considerar a la familia, en sus diferentes estructuras, como el mejor modelo de aprendizaje para unos hábitos alimentarios y de estilos de vida adecuados y saludables. Por tanto, las políticas de prevención deberían orientarse de manera prioritaria a poder llegar y comunicar con el núcleo familiar.
2. En relación con el entorno familiar, se recomienda en primer lugar evitar la presencia de televisión en el dormitorio infantil/juvenil. En segundo lugar, se debería evitar comer viendo la televisión, al mismo tiempo que la exposición del niño-adolescente a los anuncios no adecuados relacionados con las temáticas del documento.
3. En cuanto a la alimentación habitual de consumo por parte de los españoles, se vienen observando bajos consumos, principalmente respecto a las recomendaciones de cereales y derivados, verduras y hortalizas y legumbres. Por el contrario, se observa un elevado consumo de carnes grasas, embutidos y en el límite superior a lo recomendado en azúcares sencillos. Esto implica un perfil calórico desequilibrado.
4. El Estilo de Vida Mediterráneo, considerado en todos sus aspectos (alimentación, actividad física, socialización), en definitiva como un óptimo de filosofía de vida, se considera el mejor modelo en la prevención, probablemente también en el tratamiento, del sobrepeso y la obesidad y el excesivo sedentarismo.
5. Independientemente de factores genéticos, familiares, etc., hay evidencia científica suficiente de que la actividad física deportiva regular disminuye el porcentaje de grasa corporal, y reduce factores de riesgo asociados a enfermedad cardiovascular, diabetes o ciertas formas de cáncer. Existe consenso científico en considerar la práctica de actividad física como una herramienta útil para la prevención de la obesidad, por lo que debe promoverse la actividad física espontánea e impulsar la práctica deportiva, de transporte activo, etc.
6. Llevar una vida activa debe asociarse no solo con un mejor estado de salud, sino con el disfrute del tiempo y una mayor sociabilidad, a todas las edades, pero de manera especial en la población infanto-juvenil y de edad avanzada.
7. La prevención de la obesidad no se ha considerado como objetivo prioritario en el contexto de las ciencias de la actividad física y el deporte hasta muy recientemente. Es por esto que se propone de manera urgente la inclusión de investigadores del ámbito deportivo, y también del educativo, en los equipos multidisciplinares que deben llevar a cabo las estrategias de prevención e intervención.

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