Una dieta equilibrada con frutas y
lácteos, tomar agua como principal fuente de hidratación y enseñar el
valor de la comida, son algunas recomendaciones de los expertos
Para evitar la obesidad y el cansancio en el niño, y
potenciar el rendimiento académico en la escuela, es necesario seguir
unas pautas básicas en su alimentación. El doctor Albert Lecube,
coordinador del Grupo de Obesidad de la Sociedad Española de
Endocrinología y Nutrición (GOSEEN), señala que “Hay que intentar volver
de forma paulatina a la rutina, a los horarios fijos, y a respetar las 5
comidas diarias: el desayuno, el almuerzo a media mañana, la comida, la
merienda y la cena. Y la alimentación ha de ser lo más nutritiva,
saludable, rica y divertida posible, con el objetivo de evitar el
cansancio y el desánimo de los pequeños”, explica el experto. Lecube da
10 consejos prácticos:
1. El desayuno debe considerarse como uno de los puntales
alimentarios del día, y debería aportar entre el 20 y el 30% de la
ingesta calórica diaria total.
2. La primera comida del día debe incluir lácteos, cereales
y frutas, que aporten una buena cantidad de proteínas, hidratos de
carbono, minerales, agua, vitaminas y fibras.
3. Evitar el consumo de bollería industrial, por ser una fuente de grasa, más perjudicial para la salud.
4. En la hora del recreo debemos proporcionar al niño un
pequeño tentempié: fruta, lácteo o bocadillo pequeño. “Este almuerzo,
permitirá al niño mantener su rendimiento físico e intelectual y llegar
en perfectas condiciones a la hora de la comida”, asegura el doctor
Lecube.
5. Disponer del menú escolar cuando el niño coma en el
colegio y asegurarse que es equilibrado y variado en preparaciones y
texturas, incluyendo legumbres, frutas, verduras y hortalizas, pescado y
carne, priorizando la carne blanca frente a la carne roja.
6. La merienda, con un 15% del aporte energético diario, es
un momento ideal para completar el aporte de frutas, cereales y lácteos
que no ha podido administrase durante el resto del día.
7. La cena debe ser más ligera que la comida, pero sin descuidar la dieta equilibrada.
8. No contentarse con que el niño acabe el plato. Es más
importante el contenido: que siempre incluya un mínimo de frutas y
verduras, sin olvidar los productos lácteos, los hidratos de carbono y
cierta dosis de proteínas de origen animal, preferiblemente pescado.
9. El agua debe ser la principal fuente de hidratación.
10. Enseñar a los niños a valorar la comida hecha en casa, incluso haciendo sus primeros pasos en la cocina.
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