La mayor subida de los tipos de IVA
de la historia ya está aquí. Desde mañana, 1 de septiembre, vivir -y
morir- en España será más caro al entrar en vigor la subida de dos
puntos en el tipo reducido -del 8% al 10%-, de tres el general -del 18%
al 21%- y el traspaso de algunos bienes y servicios desde la fiscalidad
más baja -el 4%- a la más alta, un salto de 17 puntos que afectará al
material escolar.
El incremento, sobre el que el Gobierno ha prometido
estar vigilante para evitar abusos, es visto con suma desconfianza por
sectores como el comercio minorista -que teme "miles de cierres"- y el
mundo de la cultura, en especial por los empresarios de cine, teatro y
espectáculos musicales. En las horas previas a la gran subida, grandes
firmas de distribución como Eroski, Mercadone, Lidl o El Árbol,
insistieron en que no la repercutirán o que lanzarán distintas acciones
de descuento con intención de paliarla, desde la convicción de que el
alza impositiva tendrá un efecto negativo para el consumo.
La Organización de Consumidores y Usuarios ha calculado
que, como consecuencia del aumento del IVA, los presupuestos de las
familias se verán afectados en unos 470 euros de mayor desembolso al año
o su equivalente de 39 euros más en las cuentas de cada mes.
Por el alza del IVA en alimentos y bebidas, cada hogar
pagará 54 euros adicionales, por alcohol y tabaco otros 16 euros, la
factura de la ropa y el calzado se elevará en 42 euros, mientras los
gastos de agua, electricidad y gas se encarecerán en 40 euros anuales y
otros 29 euros se irán en el resto de gastos del mantenimiento de la
vivienda. Y aún quedan por sumar otros 90 euros del impacto de la subida
del IVA en el transporte, los 23 euros de las comunicaciones, otros 62
del ocio y la cultura, así como 51 del incremento en los consumos de
cafeterías, bares y restaurantes y 59 euros más de otros bienes y
servicios.
Consejos para combatir las alzas
Para combatir las alzas de los precios, la OCU aconseja
comparar las propuestas y aprovechar la competencia entre
establecimientos. Pero, al igual que otras agrupaciones de consumidores,
advierte frente al recurso de los proveedores de bienes y servicios que
anuncian haberse hecho cargo de la subida del impuesto a cuenta de sus
márgenes comerciales. En algunos casos, las subidas se han adelantado al
mes de agosto. En la mayoría, la repercusión se producirá en lo que
resta del año.
Por añadidura, los usuarios de servicios de electricidad,
agua, gas, teléfono y otras comunicaciones, pueden ver cómo los
consumos realizados en meses anteriores a la subida del IVA soportan el
nuevo gravamen. El criterio que determina el impuesto a aplicar es este
caso el de facturación, y si la compañía emite el recibo con fecha del 1
de septiembre o posterior tiene que aplicar el 21%, es decir, tres
puntos por encima del 18% que le hubiera correspondido.
Habrá que estar vigilante -aconsejan las asociaciones de
consumidores- ante posibles prácticas indebidas, como la emisión del
recibo más tarde de lo habitual. La factura se emite con uno o dos meses
de retraso, según los casos. Y serán difíciles de ajustar los impuestos
correspondientes a las diferencias cuando se cobren consumos estimados.
Si la factura es superior a lo realmente consumido, las compañías han
de realizar posteriores devoluciones tras la verificación de los datos,
algo habitual en los suministros del agua, la electricidad y el gas.
GRÁFICO: El IVA que viene
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