La
Sociedad Española de Neurología (SEN) alerta de que las altas
temperaturas registradas durante este verano ponen “al límite las
capacidades del cuerpo humano”.
Intensas
jornadas playeras, largos y fatigosos trayectos en coche, ejercicio al
aire libre y todo tipo de deportes acuáticos. La época estival y las
altas temperaturas registradas este verano, pueden pasar factura no solo
a nuestro cuerpo, sino también a nuestro cerebro. Eso es lo que asegura
la Sociedad Española de Neurología (SEN), cuyos expertos alertan de
forma especial “a aquellas personas que sufran algún tipo de patología”.
Los termómetros están poniendo al límite las capacidades del cuerpo humano, incluido el cerebro. Seguro que durante estos días no le serán extraños problemas como el insomnio, el dolor de cabeza, la fatiga e incluso la somnolencia al volante -el calor de más de 30 grados es una de las principales causas-. Las interminables horas de sol y, sobre todo, el sofocante calor aparejado, hacen, según el SEN, que “el impulso nervioso se propague más lentamente, lo que implica mayores complicaciones para que el cerebro regule la temperatura corporal. La calima impide que el hipotálamo controle adecuadamente esa temperatura, lo que provoca cansancio y una peor regulación del sueño, cuya calidad se ve bastante mermada”.
Recomendaciones y grupos de riesgo
Aunque nadie es inmune a los efectos de una canícula más cálida de lo habitual, la Sociedad de Neurología advierte de que dichos efectos se intensifican irremediablemente en pacientes con esclerosis múltiple, alguna dolencia neuromuscular o epilepsia, “ya que a los problemas de movilidad propias de sus patologías, el cansancio -como consecuencia del calor- les impide desarrollar con normalidad sus actividades diarias”. Tampoco niños y ancianos están exentos de sufrir en mayor medida las secuelas de la subida en los termómetros.
Por todo ello, los profesionales no se cansan de repetir las recomendaciones que seguro habrá escuchado en más de una ocasión, pero que en estos días en los que la bolsa de aire caliente del Sahara aprieta especialmente, es preciso recordar. “Toda la población, sin excepción, debe evitar los lugares calurosos y con poca ventilación, utilizar tejidos frescos y traspirables, beber un litro y medio de agua diario para combatir la deshidratación, y programar descansos de unos 15 minutos en las actividades que se lleven a cabo, más aún, si se está directamente expuesto al sol”, precisan fuentes del SEN.
Los termómetros están poniendo al límite las capacidades del cuerpo humano, incluido el cerebro. Seguro que durante estos días no le serán extraños problemas como el insomnio, el dolor de cabeza, la fatiga e incluso la somnolencia al volante -el calor de más de 30 grados es una de las principales causas-. Las interminables horas de sol y, sobre todo, el sofocante calor aparejado, hacen, según el SEN, que “el impulso nervioso se propague más lentamente, lo que implica mayores complicaciones para que el cerebro regule la temperatura corporal. La calima impide que el hipotálamo controle adecuadamente esa temperatura, lo que provoca cansancio y una peor regulación del sueño, cuya calidad se ve bastante mermada”.
Recomendaciones y grupos de riesgo
Aunque nadie es inmune a los efectos de una canícula más cálida de lo habitual, la Sociedad de Neurología advierte de que dichos efectos se intensifican irremediablemente en pacientes con esclerosis múltiple, alguna dolencia neuromuscular o epilepsia, “ya que a los problemas de movilidad propias de sus patologías, el cansancio -como consecuencia del calor- les impide desarrollar con normalidad sus actividades diarias”. Tampoco niños y ancianos están exentos de sufrir en mayor medida las secuelas de la subida en los termómetros.
Por todo ello, los profesionales no se cansan de repetir las recomendaciones que seguro habrá escuchado en más de una ocasión, pero que en estos días en los que la bolsa de aire caliente del Sahara aprieta especialmente, es preciso recordar. “Toda la población, sin excepción, debe evitar los lugares calurosos y con poca ventilación, utilizar tejidos frescos y traspirables, beber un litro y medio de agua diario para combatir la deshidratación, y programar descansos de unos 15 minutos en las actividades que se lleven a cabo, más aún, si se está directamente expuesto al sol”, precisan fuentes del SEN.
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