Repoblar los montes con el arbusto
del que se alimenta ha sido la clave para que este lepidóptero vuelva a
volar en esta zona de Atarfe
Olivares, Barea e Irurita, junto a uno de los cercados. :: J. E. GÓMEZ
Los habituales de las áreas recreativas de Sierra Elvira,
las zonas donde se encuentran las barbacoas, han visto unos pequeños
cercados de madera en el interior del bosque. Son espacios reservados
para que una planta arbustiva, Astragalus alopecuroides (Astrágalo
florido), pueda crecer sin problemas. El objetivo no es solo la
recuperación de esta planta, que se encuentra en otros muchos lugares de
la geografía andaluza, sino favorecer la presencia de una pequeña
mariposa azul, que se alimenta de esta especie vegetal y donde pone sus
huevos. Se llama Plebejus hespericus, y es conocida como 'Niña del
astrágalo', aunque en esta zona de la provincia de Granada la llamaban
la 'Niña de Sierra Elvira'.
Según el geólogo y jefe del Departamento de Biología del
Instituto Vega de Atarfe, Javier Olivares, especialista en lepidópteros,
«hace unos años era muy fácil ver esta mariposa en toda esta sierra,
pero la influencia humana y la regresión de su planta nutricia
provocaron que sus poblaciones se quedarán muy reducidas». Junto a
responsables del programa de protección de invertebrados de la
Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento
de Albolote, «decidimos intentar recuperar la planta nutricia para ver
si de esa manera lográbamos que la mariposa volviese a volar con
normalidad en Sierra Elvira», dice Javier Olivares.
Cuadrantes
Han sido cuatro las pequeñas parcelas que se han dedicado
a proteger el crecimiento del astrágalo. «El objetivo de vallar estas
parcelas, es únicamente ayudar al crecimiento de las plantas y evitar
que agentes externos puedan dañarlas», señala el responsable del
Departamento de Flora y Fauna de la Consejería de Medio Ambiente en
Granada, José María Irurita, que indica que se ha protegido otra planta,
Colutea hispanica, llamada 'Espantalobos' porque, cuando el aire mueve
sus frutos secos, hace un sonido de sonajero que asusta a lobos y
zorros, y de la que también se alimenta la 'Niña de Sierra Elvira'.
Irurita, señala que se ha podido poner en marcha el programa de
protección y recuperación de esta mariposa diurna por el interés que ha
tomado también el Ayuntamiento de Atarfe, «que nos ha permitido hacer lo
que fuese necesario en el monte». De hecho, el camino que accede hacia
el interior de Sierra Elvira, hacia la zona donde encuentran los
repetidores, está jalonado de ejemplares de las dos plantas nutricias y
ya no es tan difícil ver volando machos y hembras de Plebejus
hespericus. «Hemos firmado un convenio con el Ayuntamiento, porque son
montes de su propiedad, y contamos la colaboración del instituto Vega de
Atarfe, por lo que en esta ocasión se ha hecho un trabajo conjunto
entre el municipio y dos consejerías, Educación y Medio Ambiente»,
comenta Irurita.
Los cercados se retirarán en cuando se vea que las dos
plantas se han establecido sin problemas. «Poco a poco retiraremos el
vallado y dejaremos el monte expedito».
Censo
Desde hace unos meses, técnicos de Medio Ambiente
realizan lo que denominan transectos lineales, es decir, comprobaciones
de cuántos ejemplares de una especie se visualizan en un territorio, en
este caso en el que vive la 'Niña de Sierra Elvira'. «En realidad son
censos que se hacen en la época de reproducción de la especie para ver
cuál ha sido el resultado de las actuaciones que se han realizado para
ayudar a la recuperación de este licénido», explica Mariano Guerrero,
técnico ambiental, que asegura que entre los primeros censos realizados y
los que se han hecho este año, se ha observado un claro incremento de
la población de Pelebejus hespericus, aunque aún no podemos determinar
cuántos ejemplares forman esta población». Lo que sí está claro es que
la recuperación ha comenzado y que esta mariposa, casi extinguida en
esta zona, vuelve a volar en Sierra Elvira.
José Miguel Barea, técnico ambiental y especialista en
mariposas, indica que cuando comenzaron con las actuaciones en esta
zona, volaban muy pocos ejemplares, «pero con el crecimiento de la
planta y un mayor cuidado en que se mantenga, hemos visto que hay un
crecimiento importante en el número de ejemplares que vuelan, aunque hay
que tener en cuenta que desde que comienza la época de vuelo hasta ya
entrado el verano, el número se va incrementando paulatinamente».
La mariposa, Plebejus hespericus, está catalogada en los
libros rojos de España y Andalucía, como en peligro de extinción, pero
curiosamente no se encuentra entre las especies protegidas por la
legislación. A pesar de todo, este pequeño licénido de color azul, los
machos, y amarronado, las hembras, vuela de nuevo, al parecer sin
problemas, en los montes de Medina Elvira.
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