Miedo y silencio son los peores enemigos del millón y medio de personas que viven con esta enfermedad en España, porque alimentan el estigma y dificultan la prevención, tratamiento e investigación.
Palabra de paciente: "Somos más de millón y medio de personas las que vivimos con cáncer en España, y está más que justificado que empecemos a llamarlo por su nombre: es cáncer". Palabra de médico: "Es una patología seria, pero aumentan las tasas de curación y expectativa de vida de la mayoría de tumores; por tanto, si nos enfrentamos a la palabra y perdemos el miedo, seremos capaces de enfrentarnos a la enfermedad". Palabra de periodista: "Es importante que no levantemos falsas expectativas con nuestras informaciones para no generar frustración y dolor en pacientes y familiares".
Los tres mensajes confluyen en la celebración del próximo Día Mundial contra el Cáncer, el sábado 4, bajo el lema de "El cáncer se puede prevenir. Juntos es posible". Y sus voces corresponden a Begoña Barragán, presidenta del Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC); Juan Jesús Cruz, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), y Francisco Cañizares, presidente de la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS). El telón de fondo lo ponen las estadísticas: la SEOM estima que en este 2012 la incidencia rondará los 208.000 casos y la mortalidad los 102.000, en línea con el 55% de supervivencia (60% en mujeres y 50% en hombres) a los cinco años del diagnóstico.
Esos datos básicos, con su correspondiente matización conforme a los más de 100 tumores específicos englobados bajo el término cáncer, enmarcan bien la cuestión. Por una parte, en una sociedad adulta y democrática no hay motivo para seguir con los desfasados rodeos verbales --"una larga enfermedad"-- y con los injustificados usos metafóricos --"el cáncer de la economía es el paro"-- para describir situaciones negativas. Como dice Barragán, "los pacientes con cáncer y nuestras familias necesitamos que se alivie la situación de aislamiento y estigmatización a la que estamos sometidos debido a la enfermedad y a sus consecuencias". Máxime cuando, además de discriminatorio y marginador, ese 'miedo' levanta un manto de silencio que dificulta la detección precoz, retrasa el tratamiento y perjudica a la investigación científica de nuevas terapias.
Sí hay motivos, por otro lado, para la esperanza, para un optimismo que varía de unos tumores a otros, pero que mantiene siempre la misma línea positiva ascendente que la batalla científica. Se sigue muriendo de cáncer, pero, como remarcan los especialistas sobre la base de esa mitad de tumores que se curan, "cáncer ya no es sinónimo de muerte". Es tiempo, por tanto, de normalizar esa palabra e incorporarla al lenguaje cotidiano. Y más aún en casos como el del tumor mamario, en el que, según el oncólogo del Hospital Vall d'Hebron barcelonés Javier Cortés, "España es uno de los cuatro o cinco países que más aportan científicamente al tratamiento, sobre todo del tipo Her2 positivo".
El experto considera "una gozada" poder participar en ese esfuerzo, y el presidente del Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (Geicam), Miguel Martín, añade un dato clave: "Es la terapia que más ha avanzado en los últimos 50 años, y el objetivo del 100% de curación no está muy lejos en algunos grupos de pacientes". Un argumento rotundo para que, como advierte Ana Lluch, jefa de Oncología Médica del Hospital Clínico de Valencia, las "autoridades sanitarias no bajen la guardia en investigación y desarrollo. Al menos, que nos dejen como estamos". Entre otras cosas porque, remacha, "no somos los más caros, somos los cuartos en consumo de medicamentos por costo". Otro mensaje importante en época de crisis y recortes.
Los tres mensajes confluyen en la celebración del próximo Día Mundial contra el Cáncer, el sábado 4, bajo el lema de "El cáncer se puede prevenir. Juntos es posible". Y sus voces corresponden a Begoña Barragán, presidenta del Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC); Juan Jesús Cruz, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), y Francisco Cañizares, presidente de la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS). El telón de fondo lo ponen las estadísticas: la SEOM estima que en este 2012 la incidencia rondará los 208.000 casos y la mortalidad los 102.000, en línea con el 55% de supervivencia (60% en mujeres y 50% en hombres) a los cinco años del diagnóstico.
Esos datos básicos, con su correspondiente matización conforme a los más de 100 tumores específicos englobados bajo el término cáncer, enmarcan bien la cuestión. Por una parte, en una sociedad adulta y democrática no hay motivo para seguir con los desfasados rodeos verbales --"una larga enfermedad"-- y con los injustificados usos metafóricos --"el cáncer de la economía es el paro"-- para describir situaciones negativas. Como dice Barragán, "los pacientes con cáncer y nuestras familias necesitamos que se alivie la situación de aislamiento y estigmatización a la que estamos sometidos debido a la enfermedad y a sus consecuencias". Máxime cuando, además de discriminatorio y marginador, ese 'miedo' levanta un manto de silencio que dificulta la detección precoz, retrasa el tratamiento y perjudica a la investigación científica de nuevas terapias.
Sí hay motivos, por otro lado, para la esperanza, para un optimismo que varía de unos tumores a otros, pero que mantiene siempre la misma línea positiva ascendente que la batalla científica. Se sigue muriendo de cáncer, pero, como remarcan los especialistas sobre la base de esa mitad de tumores que se curan, "cáncer ya no es sinónimo de muerte". Es tiempo, por tanto, de normalizar esa palabra e incorporarla al lenguaje cotidiano. Y más aún en casos como el del tumor mamario, en el que, según el oncólogo del Hospital Vall d'Hebron barcelonés Javier Cortés, "España es uno de los cuatro o cinco países que más aportan científicamente al tratamiento, sobre todo del tipo Her2 positivo".
El experto considera "una gozada" poder participar en ese esfuerzo, y el presidente del Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (Geicam), Miguel Martín, añade un dato clave: "Es la terapia que más ha avanzado en los últimos 50 años, y el objetivo del 100% de curación no está muy lejos en algunos grupos de pacientes". Un argumento rotundo para que, como advierte Ana Lluch, jefa de Oncología Médica del Hospital Clínico de Valencia, las "autoridades sanitarias no bajen la guardia en investigación y desarrollo. Al menos, que nos dejen como estamos". Entre otras cosas porque, remacha, "no somos los más caros, somos los cuartos en consumo de medicamentos por costo". Otro mensaje importante en época de crisis y recortes.
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