Aunque ha disminuido, el índice sigue siendo
elevado en comparación con el resto de países europeos · Un estudio
cifra en 2.669 millones de euros el coste sanitario atribuible a sus
excesos.
Ramiro Navarro | ActualizadoAunque ha disminuido en las últimas décadas, el consumo de alcohol en el Estado español sigue siendo elevado en comparación con el resto de países europeos. El patrón de consumo muestra una tendencia convergente con el patrón europeo, con una disminución del consumo de vino y un aumento del de cerveza.
Así mismo, la mortalidad relacionada con el consumo de alcohol también ha disminuido en los últimos veinte años, a pesar de seguir siendo una de las principales causas de muerte. Estas son algunas de las conclusiones de un estudio publicado en el último número de la Revista Española de Salud Pública y que considera que el coste directo sanitario y el coste indirecto de las enfermedades total y parcialmente atribuibles al consumo de alcohol en el año 2007 fue de 2.669,74 millones de euros.
Rosario Ivano, Anna García-Altés y Manel Nebot, expertos de la Agencia de Salud Pública de Barcelona citan en su trabajo una propuesta. Según su análisis, "el régimen fiscal efectivo en el Estado español grava muy poco las bebidas alcohólicas, por lo que un aumento substancial de la misma, en la línea de algunos países europeos, podría ser una opción a tener en cuenta para acelerar la disminución de la carga de morbimortalidad asociada al consumo de alcohol".
El rol económico de la industria del alcohol en Europa es muy relevante. Según el informe ICAP de marzo de 2006 casi 3 millones de personas están empleadas en este sector, lo que representa aproximadamente un 2% del total de la población activa europea. Además, el Estado español es uno de los mayores productores de alcohol, estando en tercera posición en la producción mundial de vino, en el octavo puesto en cuanto a la producción de cerveza y en el decimocuarto por lo que se refiere a bebidas destiladas. La Ley de Impuestos Especiales establece que los costes deben "internalizarse" a través de impuestos específicos que graven al consumidor. Según los autores del trabajo, "además de recaudatoria, la política fiscal puede ser un instrumento de política sanitaria y medioambiental, introduciendo incentivos para el cambio de comportamiento de los consumidores".
En el España las bebidas alcohólicas están muy poco gravadas respecto al conjunto de los países europeos. Actualmente el 40% de los impuestos especiales derivados del alcohol están cedidos a los organismosa utonómicosdel estado. Sin embargo el sistema de financiación de estos organismos, que se basa en el principio de cesta común y en una subvención incondicionada procedente del gobierno, dificulta subir los impuestos especiales o lo convierte en contraproducente para las comunidades autónomas. Las consecuencias sobre la salud y el impacto global del consumo de alcohol en España apoyan la necesidad de reforzar la investigación y las actuaciones preventivas. Para los expertos, es de vital importancia la investigación de las consecuencias sobre la salud del consumo abusivo de alcohol y sobre la repercusión económica que este sector genera. En cuanto a las políticas de salud publica, los autores del estudio abogan por realizar un censo de las actuaciones preventivas realizadas por las comunidades autónomas para prevenir daños relacionados con el alcohol.
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