domingo, 18 de octubre de 2009

Geografía de la prostitución en Granada

"Las putas no aman". Esta leyenda tan cruel la encontró Francisco Jiménez Bautista pintada en el muro de una casa abandonada en el Camino Bajo de Huétor hace nueve años y le cambió su vida. Fue el punto de partida de un proyecto de investigación que retrata una de las profesiones más antiguas del mundo y que culminará estas navidades con la publicación del El mundo de la prostitución en la ciudad de Granada (editado por la UGR).
El mapa de la prostitución en Granada ha cambiado en los últimos veinte años a causa de la presión policial, pero nunca ha tenido visos de desaparecer.
"En los años 80 las prostitutas se ubicaban en lo que hoy es la zona de El Corte Inglés y la calle San Antón -explica Jiménez Bautista-, pero los comerciantes protestaron y a mediados de los 90 se trasladaron al Paseo del Salón". La entrada del nuevo milenio las llevó a "la carretera de Jaén, desde la rotonda de la estación de autobuses hasta el fondo", y ahora "se han establecido junto a la rotonda de Atarfe, en la carretera de Córdoba, cerca de Mercagranada". Aunque el profesor de la Universidad de Granada apunta que la última normativa municipal va a provocar que se vuelven a desplazar hacia los polígonos industriales de Granada.
El número aproximado de prostitutas en Granada ronda las 350, según el investigador. "En los clubes de alterne puede haber unas 300 y en la calle oscila entre las 30 y 40, depende de la hora y de la zona".
Para llevar a cabo el estudio, el docente ha trabajado durante ocho años realizando entrevistas a prostitutas, camareros de hoteles relacionados con la prostitución, policías, clientes, monjas (hermanas Adoratrices) y trabajadores sociales. Y lo más importante, ha "peinado" las zonas día tras día para conocer la práctica.
Jiménez Bautista afirma que la crisis económica ha elevado el número de prostitutas en la calle, sin embargo, la persecución policial las está haciendo más invisibles. "A las propias meretrices les está afectando enormemente la recesión, porque tienen menos clientes y deben seguir manteniendo a familias enteras en sus países de origen", dice.
El perfil de la prostituta de la calle es distinto a la que ejerce en un club de alterne. "La mayoría de las que están en la calle son rumanas, de países de Europa del Este, con gran auge de los travestís -matiza el profesor-, al hombre le gusta cada vez más esta sexualidad furtiva". En cambio, "en los clubes dominan las latinas, brasileñas o uruguayas, ya que depende de la política internacional del momento; pero también las hay rusas y ucranianas".
No es una práctica que desempeñen las mujeres españolas. Según el investigador, sólo un 2% o 3% de las prostitutas son nacionales, casi todas vinculadas a la drogadicción. El 90% de las personas que ejercen la prostitución son mujeres extranjeras, un 3% nacionales, un 5% travestis y transexuales, y un 2% gigolós. En Granada los hombres que se prostituyen se colocan al fondo de la gasolinera de la carretera de Jaén, pero la mayoría son travestis. "A los gigolós en la ciudad se les localiza por teléfono, con los anuncios que salen en los medios de comunicación (en la televisión entre la una y las dos de la madrugada), porque este tipo de sexualidad sólo la reclama la mujer con poder adquisitivo y liberada", explica el autor.
"Echar un polvo en el club Don José cuesta unos 50 euros la media hora y 100 la hora completa. Pero el cliente debe gastarse otros 7 euros en tomar una copa primero (18 si invita a la prostituta)", informa Jiménez Bautista. En la calle el precio del servicio disminuye considerablemente: de 20 a 25 euros el 'francés', que es el servicio más demandado, y 30 euros la relación sexual completa. Lejos del espectáculo que dan en las calles de Barcelona, donde mantienen las relaciones a la vista de los transeúntes, en Granada los actos se consuman en el interior del vehículo del cliente.
El investigador apunta a la aparición de un fenómeno: los jóvenes están volviendo a iniciarse en el sexo con la prostitución. "El riesgo de contraer enfermedades cuando se conoce a alguien en una discoteca se minimiza si es una prostituta de un club que está sometida a un férreo control de salud", concluye.
Granada Hoy

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