sábado, 24 de octubre de 2009

Ensayo sobre la cura del ciego

En un movimiento rápido, lo que estaba a la vista desapareció tras los puños cerrados del hombre, como si aún quisiera retener en el interior del cerebro la última imagen recogida, una luza roja, redonda, en un semáforo. Estoy ciego, estoy ciego, repetía con desesperación mientras le ayudaban a salir del coche, y las lágrimas, al brotar, tornaron más brillantes los ojos que él decía que estaban muertos". Esto es simplemente ficción, extracto de la excitante novela de José Saramago 'Ensayo sobre la ceguera'.
Dentro de este mal, diferentes son los tipos que la secundan. Parcial, nocturna, temporal, cortical o total. Quizá esta última es la más desalentadora. Pero gracias al progreso de la ciencia médica, principalmente en la actualidad, permiten que la esperanza de aquellos que nunca vieron su cara, sueñen de forma realista con la llegada de ese día.
DIEGO SOTO |

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