El Arco de las Culturas es la puerta de acceso al ferial atarfeño, los dos grandes brazos de la gigantesca escultura se abren ante el visitante como un gran abrazo, el mismo que se siente tan pronto como se ponen los pies en esta localidad. La ciudad de Atarfe está de fiesta y lo hace con los brazos abiertos, hospitalaria y dispuesta a divertirse. Atarfe celebra las fiestas patronales de Santa Ana.
Espíritu abierto, festivo y desenfadado se vive desde el principio con el nombre de la caseta 'La Rejuntá'. Es un nombre con el que se da a entender que bajo su carpa hay gente de todos lados, gente de todas las edades. «Somos del pueblo, pero unos viven aquí y otros en Madrid, Londres, Sevilla y la feria es nuestro punto de encuentro», según explica la tesorera de la asociación que la regenta, Puri Ballesteros.
Son 15 años de vida, que se cuentan con ferias, los que suma esta caseta, casi tantos como los que su presidenta, Carmen Herrera, está dispuesta a abandonar el cargo y sus socios se muestran reticentes a cumplir con su deseo. Se trata de una caseta temática, este año está dedicada a Hawai.
En un rincón de ambiente chill out y dentro de la propia caseta se reúnen una vez al año Carmen Osuna venida desde Madrid, Gabriela Vaquera desde León, Ivania Suárez desde Lanzarote y Raúl Pérez desde Sevilla. Son hijos de atarfeños y la renovación generacional de 'La Rejuntá', una muestra de que el espíritu fundacional de la caseta sigue vivo. Con ellos se encuentra Serge Christoph, alemán afincado en Sevilla desde hace cinco años y asiduo a las fiestas de Atarfe desde hace varios. «Me siento como en casa», comenta.
La feria atarfeña tiene incluso amigos. La caseta 'Amigos de la Feria' reúne a más de 40 socios que abren cada año su caseta a compartir la alegría de la feria, antes era la caseta del comercio. Tras la barra, Luis Ruiz ha decretado el final de la crisis tras comprobar después de las primeras jornadas festivas que su caseta se llena «de oreja a rabo», según sus propias palabras.
«La gente está harta de oír hablar tanto de crisis y este año ha salido a la feria con ganas de divertirse», explica. En la misma barra un grupo de amigos está de celebración, esta edición de la feria tiene un motivo adicional de alegría para Manuel Pérez 'El Ruso'. Manuel brinda junto a los amigos tras haber sido abuelo por tercera vez. Este atarfeño es apodado 'El Ruso' porque hace algunos años fue el portero del equipo de fútbol de la localidad y tenía, aseguran sus amigos, el mismo estilo bajo los palos que el mítico, Lev Yashin, conocido como 'La Araña Negra'.
La caseta Amigos de la Feria tiene la suerte de contar entre sus socios a los componentes del dúo musical Arco Iris, Pedro Padial y José Luis Pintor, que amenizan la comida con su música. «Tocar en el pueblo y quedarnos junto a la familia es un motivo de alegría», explica José Luis que ha bajado del escenario para compartir con sus amigos un plato recién salido de la cocina en la que, inmunes al calor de las horas centrales del día, trabajan Miguel Ángel Cervantes y Ayad Nabil.
De cocina deben saber en la caseta 'La Cucharita', una caseta que reúne a los miembros de la Asociación Cultura La Cuchara de Palo. Las aficiones culinarias son algunos de los motivos que unen a sus miembros y como explica su presidente mientras vende los tickets de la caseta su objetivo en feria es «pasarlo bien, no lo hacemos con ánimo de lucro, esto es un punto de referencia en la feria para nosotros». Cada día sirven diferentes platos de comida gratis y los buenos momentos de cada se recogen en un mural fotográfico en la propia caseta.
Atarfe es una ciudad taurina. El ferial está separado del Coliseo atarfeño tan solo por la distancia que supone el ancho de la acera. La plaza de toros cubierta es la coronación de un pasado glorioso en el mundo del toro con el recuerdo permanente de Miguel Morillas 'El Atarfeño', según explica el presidente de los festejos taurinos, Santiago Martín, y el secretario de la comisión, José Rivera.
El coliseo también es la semilla del futuro del arte del toreo con la escuela taurina de la localidad. Cristian Jiménez, con sólo 15 años, es una de las promesas de este semillero de la lidia. Cristian también se hace llamar 'El Atarfeño', porque «la historia se repite», explica Pedro Chicote -padre- maestro de esta escuela.
Mientras, el agua y la espuma espera en las puertas de la caseta municipal su turno para refrescar la calurosa jornada de verano. Los monitores de Granada Activa ponen en funcionamiento su imaginación para divertir a los más pequeños. Los niños y niñas de la localidad celebran con auténtica alegría la puesta en funcionamiento del cañón de espuma que activa Francisco Ruiz con plena satisfacción al ver a la chavalería.
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