El doctor Jan Tesarik y la doctora Carmen Mendoza, fundadores de la Clínica Margen, comenzaron su andadura en París como investigadores sobre la reproducción asistida, llegando a realizar numerosas publicaciones y a alcanzar logros a nivel mundial, en el ámbito de la reproducción.
Una vez establecida en Granada, la Clínica Margen continúa evolucionando y desarrollando nuevas técnicas, consiguiendo un alto porcentaje de éxito en los tratamientos aplicados. Jan Tesarik y Carmen Mendoza nos cuentan hoy cuáles son los métodos más innovadores y eficaces en la reproducción asistida.
¿Qué servicios ofrece la clínica Margen?
En la actualidad aplicamos todas las técnicas de reproducción asistida, desde tratamientos básicos como problemas del ciclo ovulatorio de la mujer, hasta técnicas un poco más complicadas como la inseminación artificial o la fecundación in vitro. Dentro de ésta última tenemos, por ejemplo, la microinyección de espermatozoides, que pueden ser de la pareja o de un donante ya que tenemos banco de esperma. Uno de los programas más importante y de los más solicitados es la ovodonación. Hay mujeres jóvenes que donan sus ovocitos para que otras mujeres puedan ser madres.
Además de todo esto, realizamos también todas las pruebas diagnósticas posibles del esperma, sobre todo para evaluar la numeración, movilidad morfología, vitalidad, etc. También ofrecemos el test de fragmentación del ADN del espermatozoide, algo muy interesante actualmente, ya que hay muchos hombres que presentan un esperma normal, pero que tienen el ADN fragmentado (las cadenas del ADN pueden estar fragmentadas y esto provoca un daño en un gen determinado y por lo tanto el embrión no se puede desarrollar).
¿Cuál es el procedimiento de atención a los pacientes?
En primer lugar realizamos una primera consulta para determinar dónde se encuentra el problema, valoramos al hombre con el espermiograma y después a la mujer, que se somete a un control ecográfico y análisis hormonal básico. Si no se llega a ningún diagnóstico, pasamos a análisis más avanzados con el fin de poder aplicarle el tratamiento y protocolo más adecuado.
¿Cuál es la diferencia entre inseminación artificial y fecundación in vitro?
La inseminación artificial es la introducción del esperma tratado, de la pareja o de un donante, en el útero de la mujer, realizándose la fecundación en su interior. Mientras que en la fecundación in vitro la fecundación se realiza fuera del útero; se obtienen los espermatozoides por un lado y los ovocitos por otro y se realiza la unión de ambos para conseguir el embrión en laboratorio, que después se introduce en el útero.
¿Cuál es, actualmente, la técnica más innovadora?
Cuando hablamos de mujeres con dificultades para ovular, se utilizan técnicas medicamentosas para que la mujer produzca ovocitos. Nosotros adaptamos siempre una técnica absolutamente personificada para cada caso, no tenemos un esquema general. Primero estudiamos todos los aspectos que pueden influir para que la mujer no produzca ovocitos y después aplicamos la técnica de la estimulación ovárica. Por ejemplo, si la mujer produce muchos andrógenos, le aplicamos antiandrógenos, si tiene diabetes o si existe un problema a nivel del tiroide, se la trata para que después se consigan que los ovocitos sean de buena calidad.
Una vez que hemos conseguido los ovocitos, entra en juego el trabajo del laboratorio, para ayudar a los ovocitos a fecundarse y obtener embriones viables que finalicen en un embarazo evolutivo.
¿Cuál es la causa más frecuente de infertilidad?
Cada vez acuden a nosotros más mujeres de más de 40 años que quieren ser madres, pero si excluimos a este grupo y nos centramos en las mujeres de entre 30 y 40 años, la causa más frecuente es endometriosis o algún problema de trompas, es decir, las trompas están obstruidas por algún proceso inflamatorio previo. Los ovarios poliquísticos o alguna anomalía en el útero también pueden ser causas de infertilidad.
¿qué porcentaje de éxito presentan los tratamientos?
Hay que distinguir entre éxito por tentativa o éxito a lo largo del tratamiento. Si nos referimos al éxito a lo largo del tratamiento nos acercamos al 100%. Mientras que si nos referimos al éxito por tentativa, entre la tercera y la cuarta tentativa alcanzamos un 98 por ciento de éxito.
Por supuesto, el éxito por tentativa depende del tipo de tratamiento. Por ejemplo, para una mujer de 43 años, el método más eficaz sería una ovodonación. En este caso, la paciente tendría un 80 por ciento de éxito por tentativa. En este mismo caso, la mujer puede decidir probar con sus propios óvulos, pasaríamos entonces a un 5 por ciento por tentativa si la técnica es no selectiva, pero como hemos desarrollado técnicas específicas para estos casos, el porcentaje de éxito se elevaría a un 20 por ciento.
Una mujer, para poner otro ejemplo, con trompas permeables o que tiene algún problema en el cuello del útero, lo más eficaz para ella sería la inseminación artificial. En este caso, el porcentaje de éxito sería del 25 por ciento. Si a esta misma mujer se le aplica la fecundación in vitro, el porcentaje asciende al 50 por ciento, por lo que se trata de una estrategia de combinación de tratamiento y no depende del todo de nosotros, ya que siempre tenemos en cuenta las preferencias de la paciente.
Si el problema radica en el hombre, el porcentaje de éxito también varía. En el caso de un hombre que tiene pocos espermatozoides, poco móviles o con muchas formas anormales, generalmente alcanzamos también el 50 por ciento. Ahora bien, dependiendo de la gravedad del problema, el éxito podría bajar a un 30 por ciento, aunque es difícil que esto pase, gracias a las nuevas técnicas de selección de espermatozoides.
Algo muy importante y que se realiza en muy pocos centros de España, es una técnica indicada para los individuos que no tienen espermatozoides en el eyaculado. Nosotros somos uno de los pocos centros, como descubridores del tratamiento, que llevan a cabo técnicas para que estos hombres puedan tener hijos con sus propios genes, cuando en otros centros derivarían directamente el caso a la donación de esperma.
¿En qué consisten estas nuevas técnicas?
Al paciente se le realiza una biopsia testicular, bien de uno o de los dos testículos. Una vez tenemos el tejido, lo incubamos con un cóctel de hormonas a unas condiciones de cultivo especiales, logrando en unos días que las células maduren, y obtengamos espermátides que se microinyectaran en los ovocitos de su pareja.
¿Cuáles son los logros alcanzados por Margen?
En los años 90 nos centramos en la esterilidad extrema masculina, donde encontrábamos el 90 por ciento de los espermatozoides muertos o fragmentación excesiva del ADN y conseguimos el nacimiento de niños engendrados sin espermatozoides, con células precursoras de espermatozoides, que por alguna razón no han completado su evolución. Tratando de la manera correcta estas células, se puede llegar a conseguir la fecundación del ovocito y embarazo.
Estas técnicas continuaron progresando y a partir del año 2000 empezamos a centrarnos también en los casos de esterilidad extrema femenina, como casos de mujeres que padecen una menopausia precoz o mujeres que se encuentran en el periodo premenopáusico, un grupo muy específico de mujeres que rondan los 40 años y que son muy difíciles de tratar. Durante nuestra investigación publicamos distintos artículos sobre este sector en revistas de gran prestigio, que después sirvieron como base para los tratamientos que se siguen actualmente en el mundo entero.
¿Cuál es la tecnología más innovadora con la que cuenta Margen?
Hoy en día, el método más innovador es la IMSI (microinyección de espermatozoides seleccionados morfológicamente), o súper ICSI. La diferencia con la ICSI es la siguiente: en la ICSI, para la selección del espermatozoide que vamos a microinyectar en el ovocito, se utilizan lentes que nos amplifican al espermatozoide entre 200 y 400 veces, mientras que con la IMSI se utilizan microscopios con lentes que agrandan el espermatozoide entre 6.000 a 6.600 veces, permitiendo la selección de aquellos espermatozoides mejor dotados.
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