sábado, 25 de junio de 2011

Cada año se diagnostican 900 casos de ELA en España (IDEAL GRANADA)

MANOS_RETOCADO
Cada año se diagnostican en España novecientos nuevos casos de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), una enfermedad que sufren 2.500 personas en este país y sobre la que sólo existen cinco unidades especializadas, todas ellas en la Comunidad de Madrid.
Ante la celebración del Día internacional de la ELA, que tuvo lugar ayer martes, la Sociedad Española de Neurología anima a seguir dedicando esfuerzos a la investigación, ya que, en los últimos quince años, no se ha descubierto ningún tratamiento nuevo. La ELA, también conocida como Enfermedad de Lou Gehrig, es una patología degenerativa del sistema nervioso, progresiva, incurable y fatal que ataca a las células nerviosas encargadas de controlar los músculos voluntarios y que evoluciona hasta la parálisis completa.
Puesto que las causas de la ELA son desconocidas y no existe tampoco un tratamiento eficaz para detener su curso, la SEN hace hincapié en la importancia de seguir potenciando su investigación así como de desarrollar más unidades especializadas en España. "En los últimos 15 años no se ha descubierto ningún tratamiento nuevo para esta enfermedad y sólo disponemos de un fármaco con la indicación específica para tratarla y con unos efectos muy limitados", ha asegurado Antonio Guerrero, coordinador del Grupo de Estudio de Enfermedades Neuromusculares de la SEN.
Por ese motivo, ha insistido en la relevancia de avanzar en aspectos del tratamiento sintomático y paliativo con la finalidad de conseguir una mayor calidad de vida de los pacientes.
Enfermedad neuromuscular común
La ELA es una de las enfermedades neuromusculares más comunes en todo el mundo, la padecen personas de todas las razas y aunque afecta principalmente a adultos entre 40 y 70 años, también hay muchos casos descritos en pacientes más jóvenes. Aunque las mejoras en la atención médica y el tratamiento adecuado de los síntomas de cada paciente permiten a las personas afectadas vivir más tiempo y en mejores condiciones, la ELA no tiene cura, ha apuntado Guerrero.
Además afecta solamente a las neuronas motoras, no deteriora la mente, la inteligencia, la memoria, la personalidad de la persona, ni tampoco al sentido de la vista, gusto, olfato, oído o tacto de los pacientes, lo que la convierte en una de las enfermedades neurológicas "más crueles". "Esta enfermedad es un reto permanente para todos los profesionales sanitarios implicados, ya que sentimos que se puede y se debe hacer más", ha argumentado el experto

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