Respuestas
a la obesidad. Un estudio liderado por investigadores de la Universidad
de Granada (UGR) y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas
(CSIC) revela una correlación directa entre el tratamiento prolongado
con antibióticos y el aumento de peso. El trabajo, publicado en la
revista Gut Microbes, muestra también un vínculo entre la
actividad metabólica de las bacterias intestinales con el índice de masa
corporal, la glucemia en ayunas y la resistencia a la insulina.
El
intestino está habitado por miles de millones de bacterias que
interactúan entre ellas y que se conocen como microbiota o
flora intestinal. “Estas bacterias pueden proporcionar actividades y
moléculas que no podríamos adquirir por nosotros mismos y que son
esenciales para el correcto desarrollo de los seres humanos. La edad, el
origen geográfico y otros factores como la obesidad y la dieta, el
embarazo, o el uso de antibióticos, pueden modificar considerablemente
la diversidad microbiana intestinal”, explican Antonio Suárez y Cristina Campoy, de los departamentos de Bioquímica y Biología Molecular 2 y de Pediatría de la UGR.
Los
investigadores han analizado por primera vez la actividad metabólica de
enzimas de bacterias intestinales presentes en muestras de heces de
personas obesas, delgadas y tratadas o no con antibióticos. Para la
licenciada Esther Hernández, primera autora del
estudio, el trabajo demuestra que las personas obesas (o con alto índice
de masa corporal) y las tratadas con antibióticos presentan un
comportamiento metabólico similar, lo que tendría consecuencias en la
capacidad de metabolizar los azúcares de la dieta.
“El
estudio sugiere que el desarrollo de obesidad y el tratamiento
prolongado con antibióticos modifica la flora intestinal de tal forma
que sus enzimas se hacen más activas, lo que favorece la rápida y
desequilibrada asimilación de carbohidratos y, a su vez, el desarrollo
de obesidad, trastornos alimenticios y en última instancia diabetes”,
detalla Manuel Ferrer, investigador del Instituto de Catálisis y Petroleoquímica del CSIC.
El
estudio sienta las bases para futuras investigaciones que, en última
instancia, puedan permitir el diseño de dietas personalizadas basadas en
la digestibilidad potencial de polisacáridos de la dieta en función de
los perfiles de actividad intestinal para regular el aumento de peso.
Así, sería posible, en concreto, definir los enzimotipos (o conjunto de
enzimas intestinales) de cada persona y diseñar prebióticos que
garanticen una microbiota intestinal saludable.
“Además,
estos cócteles podrían pasar a formar parte de las guías terapéuticas
habituales en tratamientos con antibióticos con el fin de minimizar sus
efectos colaterales. Solo a través de un análisis global y detallado de
diferentes antibióticos y personas de diferente origen geográfico, edad o
estado de salud se pueden desarrollar terapias e intervenciones
quirúrgicas personalizadas”, apuntan los investigadores.
La
investigación, en la que también han participado el Instituto
Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva de la Universidad de
Valencia (ICBIBE), y el Centro Superior de Investigación en Salud
Pública (CSISP), es resultado de diferentes trabajos en el marco de una
serie de proyectos financiados por el Ministerio de Economía y
Competitividad, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad,
el Instituto Carlos III y la Generalitat Valenciana. Los investigadores
también han contado con el apoyo del programa EraNET PathoGenoMics2
promovido por la Unión Europea. Parte de los investigadores forman parte
del Centro de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud
Pública.
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