Otra tarde de fuertes emociones

Esta vez, en la segunda entrega del Certamen de Rejoneo de Canal Sur Televisión, los rejoneadores eran otros, los recortadores nuevos y los forcados diferentes, pero el espectáculo, con mucho público en los tendidos -más de tres cuartos de entrada- siguió por los mismos derroteros de interés y éxito, sin que se notara la ausencia por enfermedad de Manuel Caetano, el que fuera primer triunfador de este certamen. Y es que otro gran valor de la inagotable cantera de rejoneadores lusos, Paulo Jorge Santos, que ya había acreditado sus grandes condiciones en 2008, asumió el papel protagonista encomendado a su compatriota y supo competir en buena lid con un malagueño, José Antonio Mancebo, que dejó profunda huella el pasado año en el Coliseo de Atarfe por su derroche de afición, carisma y buen hacer como jinete, cualidades de las que volvió a hacer gala ayer.
En esta quinta edición del certamen atarfeño, enriquecido con la novedosa presencia de los recortadores, que aportan nuevas emociones y diversifican el espectáculo, los criterios de selección de los rejoneadores han sido más exigentes y se está notando. Los fundamentos técnicos de los actuantes son mayores, mejores las cuadras y más lucida, por tanto, la lidia. Una lidia que ayer, por el juego de los astados de Villamarta, muy bien presentados, no fue siempre fácil. De los cuatro novillos para rejones, sólo uno, el primero del portugués Santos, tercero en orden de lidia, fue pronto y bueno. Los otros tres resultaron en conjunto mansurrones, uno distraído, otro reservón y el último rajadito.
Antonio Mancebo, que sabe transmitir al público sus vibraciones, salió dispuesto a repetir final en esta edición, segunda en la que compite, pero no pudo redondear con ninguno de sus novillos. El que abrió plaza, reservón y distraído, frustró primero su recibo garrocha en mano y le complicó después todas las suertes que intentó, aunque se hizo aplaudir con fuerza al clavar al quiebro y en algunos violines de mucho mérito. Puso más el malagueño que el toro y pudo haber paseado algún apéndice de no haber marrado de forma reiterada a la hora de matar. Con el cuarto, que también acusó cierta mansedumbre, Mancebo hizo otro esfuerzo considerable para conseguir el triunfo. A sus alardes de doma, espectaculares, sumó otros valores más importantes en el arte del rejoneo, como son el sentido de la lidia, la limpieza en los embroques y el acierto al clavar, pero volvió a marrar a la hora de colocar el rejón de muerte. Pese a todo, paseó una oreja en premio al conjunto de su labor.
Paulo Jorge Santos sustancia otro concepto de rejoneo diferente al de Mancebo. El suyo es inequívocamente portugués, con gran dominio de las cabalgaduras, alardes de doma y mucha valentía. Santos no sólo clavó bien los rejones de castigo y las farpas, sino que se preocupó de mostrar al público las virtudes de sus excelentes caballos. Le puso pasión a su primera actuación, con algunos momentos de especial interés al clavar de poder a poder, y estuvo especialmente inspirado con el otro, tanto a la hora de lidiar como de clavar. Y como además mató bien, de un certero rejón a su primero y al segundo intento en el otro, pudo pasear en triunfo un total de cuatro orejas. Está llamado a ser uno de los finalistas.
Alarde de pundonor
Con los toros primero y cuarto actuaron los Forcados Amadores de Alenquer, sometidos a sendas durísimas pruebas por los astados de Villamarta, con bastante poder. Las dos pegas estuvieron rodeadas de dificultad, aunque pudo más el valor y la bravura de los mozos portugueses que la codicia de los toros. Los golpes, los revolcones y las lesiones no pueden con la afición de estos grupos, ejemplo de desinteresada afición. La pega al que cerró plaza, consumada al sexto intento, se convirtió en uno de los momentos estelares del festejo, con el público rendido ante una nueva e imponente demostración de gallardía y pundonor.
Los recortadores de Team Toro, como ocurriera el primer día con los de Taurovisión, pusieron muy alto el listón de las emociones. El actual campeón de España, Rubén Fernández 'Cuatio', los saltadores madrileños Francisco Barriga 'El Chipu', Jesús Benito 'El Chispa', Francisco Garriga 'El Chico de Arganda' y el andaluz Antonio Ortega 'Orteguita', prodigaron con pleno acierto todo tipo de recortes y saltos, la mayoría de las veces con la única ayuda de su cuerpo y en ocasiones con empleo de garrochas. Asombra la pericia, precisión, fuerza física y valor de estos hombres.
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