Descendientes de los monarcas nazaríes y de distinguidos por los Reyes Católicos acaparan los títulos más granadinos
En la actualidad ser noble sigue siendo un signo de estatus y un activo, sobre todo para la prensa rosa, especialmente para personajes como la duquesa de Alba o, salvando las distancias, el conde Lecquio. Y las hay no sólo afortunadas en el sentido monetario sino en el heráldico, como las hermanas Esther y Alicia Koplowitz, que son tres o cuatro veces marquesas.
En 2009 existían en España 2.974 títulos nobiliarios, aproximadamente en posesión de 2.205 personas. De éstas, cerca de 405 poseen la distinción de Grandes de España. Sólo entre las diez mayores casas ducales (Alba, Alburquerque, Fernán Núñez, Infantazgo, Borbón, Medinaceli, Medina Sidonia, Osuna, Peñaranda y Villahermosa) suman unos 199 títulos (36 ducados). En la España de hoy, la posesión de un título de nobleza no supone ningún privilegio legal. Es una distinción de carácter honorífico personal, acompañada del tratamiento de 'excelentísimos señores' para aquellos títulos que poseen la dignidad de 'Grandes' y de 'ilustrísimos señores' para los demás. El último privilegio, suprimido en 1984, fue el derecho a pasaporte diplomático por parte de los Grandes de España. Además, en octubre de 2006 desapareció la preferencia del varón a la mujer a la hora de suceder en el título nobiliario.
Ducados granadinos
La pirámide nobiliaria en España la encabeza el Rey, seguido del Príncipe de Asturias, título reservado al sucesor de la Corona; los demás hijos del monarca son infantes, con las excepciones del hijo de Alfonso XIII Leandro de Borbón, y el duque de Calabria, Carlos de Borbón Dos Sicilias. En el siguiente peldaño de la escala nobiliaria aparecen, más allá de la Familia Real, los duques. En 2005 existían 153 ducados en posesión de unas 100 familias. Entre las casas de Borbón, Alba, Medinaceli y Osuna suman la mayoría de dichos títulos nobiliarios.
Los ducados han sido distinciones de alto rango nobiliario, puesto que incluye grandeza de España, de ahí que el Rey Juan Carlos señalara a la hija de Francisco Franco con el título de duquesa de Franco y que al artífice de la Transición, Adolfo Suárez, lo nombrara duque de Suárez. Hay un buen número de nobles con nombre granadino que tienen el privilegio de permanecer cubiertos, o sea con sombrero, en presencia del monarca. Se trata de los Grandes de España, entre ellos el duque de Huéscar, Carlos Martínez de Irujo Fitzjames Stuart; la duquesa de Dúrcal, Cristina Patiño y Borbón; y el duque de Gor, Mauricio Álvarez de las Asturias Bohórquez y Silva.
En Granada permanecen muy pocos nobles, aunque muchos títulos se vean adornados con nombres de cuño granadino. Entre los siglos XIX y XX se produjo el nacimiento de las élites y los nobles del antiguo reino nazarí fueron absorbidos matrimonialmente o se han marchado a otros lugares. En Granada quedan algunos títulos nobiliarios pero no demasiado potentes a nivel económico como lo fueron en su época. La Real Maestranza de Caballería de Granada es el último reducto, pero no tiene el peso de la de Sevilla o Ronda, porque ni siquiera tiene plaza de toros.
Jorge Valverde es el autor de 'Títulos nobiliarios andaluces' (Ed. Anel), un especialista en la nobleza. Señala que la mayoría de las personas con títulos de procedencia granadina «viven en Madrid» y son «muy pocos los que conservan sus posesiones en la ciudad de la Alhambra, debido a las sucesivas particiones de los bienes». Valverde es un miembro destacado de la Real Maestranza de Caballería, pero no pertenece a la nobleza. La imagen de antaño, de unos nobles con privilegios, es ya una foto en sepia, «porque para lo único que sirve el título es para pagar más impuestos», dice Valverde. «No suelen hacer ostentación alguna de su condición y son gente normal, aunque hay de todo como en botica».
El origen de la nobleza granadina entronca con la familia real nazarí y arranca con la victoria de los Reyes Católicos en 1492. Isabel y Fernando concedieron a modo de premio por los servicios prestados numerosos títulos, condados, ducados y marquesados vinculados a la toma o entrega de Granada.
A los pies de la Alhambra se encuentra el Palacio del Marqués de Cartagena, título que en la actualidad está en posesión de José Luis Andrada-Vanderwilde; y en las cercanías del Corral del Carbón se sitúa el Palacio de Abrantes, que perteneció al duque de Abrantes, un título que posee el actual marqués del Duero, José Manuel de Zulueta.
Marqués del Mulhacén
Los marqueses se sitúan por debajo de los duques, los segundos en la escala noble, y en España hay un total de 1.349, entre ellos un buen número relacionado con Granada, bien por nacimiento de sus titulares o por toponimia. José Felipe Quijano y Navarro es el marqués de Sierra Nevada, un título nobiliario creado por el rey Felipe V a favor de Domingo Ruiz de Tagle y Tagle-Somavia, presidente del Consejo de Indias y general del Galeón de Acapulco, también llamado Galeón de Filipinas.
El marqués de Atarfe, el marqués de Cúllar de Baza, de Loja o Mulhacén, este último concedido por la regente María Cristina de Habsburgo-Lorena a favor de Carlos Ibáñez e Ibáñez de Ibero, general del Estado Mayor, cuyos trabajos de geodesia tuvieron renombre internacional, siendo en España director del Instituto Geográfico y Estadístico. En la actualidad este título de marqués de Mulhacén pertenece a Alberto Louis Henri Dupont-Willemin, un abogado residente en Ginebra. También se encuentra el marqués de Albolote, un título creado por el rey Felipe IV a favor de Dalmau Luis de Queralt y Alagón, con el vizcondado previo de Valdepeñas, y que hoy luce Lorenzo Piñeyro y Fernández de Córdoba.
El marqués de los Ogíjares, el marqués de Valdelomar y el marqués del Albaicín se suman a la lista de noblezas granadinas. El título que lleva el nombre del barrio nazarí fue creado en 1911 y actualmente es ostentado por Pilar Pérez del Pulgar. El marqués de Alhama y Huétor Santillán, que surgiera en 1661 y que pertenece a Alfonso Díez de Rivera y de Elzaburu. Además está el marqués del Zenete (marquesa en la actualidad llamada Mencía López de Solé y de Casanova) y la marquesa de Cabriñana del Monte, que fuera otorgado en 1716 y actualmente 'en manos' de la granadina Elisa Checa Bellido; y el marqués de Salobreña, título concedido por el Rey Juan Carlos I en 1981 al guitarrista Andrés Segovia y que en la actualidad pertenece a Carlos Andrés de Segovia y del Corral.
El marquesado de Hinojosa no tiene nombre granadino pero sí la persona que lo posee, Luis Gerardo Afán de Ribera Pallarés, un título que data de 1612.
Los condes se sitúan en la parte inferior de la pirámide de la nobleza española, con sólo 923, entre los que asimismo figuran algunos nombres granadinos como el condado de Benalúa, que fuera concedido por el rey Carlos III en 1781 a favor de José Miguel de Cañaveral y Mesia, una seña que hoy recae en Teresa de Medinilla y Bernales. También se encuentra el conde de Padul, que recae en el marqués de Albayda, Ramón Pérez de Herrasti y Narváez; el conde de Villamena de Cozvíjar, título que fue otorgado a uno de los conocidos caballeros veinticuatro de Granada, y que hoy está en posesión de Inmaculada Castillejo Bermúdez de Castro; el conde del Zenete o de Colomera.
Montijo es otro condado, aunque procedente de Extremadura, la emperatriz granadina de los franceses lo llevó muy a gala.
Tras los condes se encuentran, cómo no, los vizcondes, y entre ellos se hallan algunos más que ilustres granadinos, como el de Almansa y el de Caparacena, que honrara a otro caballero veinticuatro y que posee el actual hijo del duque de Gor. A estos se le suma el vizconde de Escoriaza, actualmente en poder de José Nicolás Escoriaza.
En el último estamento de la pirámide de la nobleza se encuentran los barones, uno de los más conocidos en Granada fue el fallecido barón de San Calixto, un título que ostentaba Antonio Gallego Morell.
Estas distinciones honoríficas hace años que no alimentan, que no sirven para tener una serie de privilegios. Sin embargo, muchos de estos nobles mantienen el peso de la historia.
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