La vida tiene un coste, y está por las nubes. Más de dos años de crisis pasan revista, con las filas de parados engrosando mes a mes y con la mitad de los que están trabajando, cobrando nóminas por debajo del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Que, por cierto, ayer subió siete euros hasta situarse en los 640, un 1,3% para ser exactos. Según el símil de Miguel Sebastián, ministro de Industria, para explicar la subida de la luz, el aumento en el SMI será el equivalente a cuatro cafés. Otro precio que, por cierto, también sube.
El caso es que las cuentas no salen. El SMI -para el que lo cobre- crecerá un 1,3% y las pensiones lo harán exactamente en la misma proporción -este incremento, según aseguraba ayer el PSOE corresponde al valor del Índice de Precios de Consumo-. Pero hay que tener en cuenta que ya a comienzos del año pasado, los salarios no aumentaron debido a que el IPC no lo hizo, y está por ver si los empresarios aplican ese incremento a comienzos del año que viene, con la que está cayendo. Y, mientras todo esto ocurre, enero supondrá una nueva puñalada al bolsillo de los granadinos en cuanto a la subida de servicios básicos como la luz o el gas, con incrementos muy por encima de lo que subirán las nóminas -si es que suben-.
Por partes. Ya el año pasado, la subida de la luz hizo temblar a más de uno. Sólo en los servicios de Consumo de la Junta de Andalucía se recibieron más de 200 reclamaciones, a las que habría que sumar las que se interpusieron en la propia sede de Sevillana Endesa por las facturas de la luz. Algo que, previsiblemente, volverá a ocurrir a comienzos de este año, porque el pasado lunes, el secretario de Estado de Energía, Pedro Marín, anunció que la tarifa de último recurso subiría un 9,7%, la que tienen la mayoría de los abonados. Esa subida fue cuantificada el pasado jueves por el ministro de Industria, Miguel Sebastián, en 3,5 euros al mes, unos 42 euros anuales de más en la factura de la luz. Pero, según denuncia la Federación de Consumidores en Acción, Facua, ese incremento será para el usuario medio de 6,77 euros (5,46 más el 24,03% que representan los impuestos sobre la electricidad y IVA). El incremento, que vendrían a ser unos 80 euros al año, representará un aumento real el 10,2% con respecto a lo que pagaba ese usuario con la tarifa vigente desde octubre.
Ante tal situación, todas las asociaciones de consumidores han puesto en el grito en el cielo y han comenzado a plantear medidas de protesta que, muy probablemente, no servirán para que Industria se replantee la medida, que tanto Facua, la Unión de Consumidores, la Federación de Amas de Casa Al Ándalus y la Confederación de consumidores y usuarios Ceaccu consideran abusiva, desproporcionada y lesiva para las economías familiares. Porque a ver quién es el granadino que sobrevive sin luz en casa en la época de la tecnología.
Y no es el único servicio básico que sube, ni que lo lleva haciendo todo el año. Otro elemento indispensable en muchas casas granadinas, hasta el punto que parece un mueble más, la bombona de butano, es cada vez más cara. Así, cada botella de 12,5 kilogramos experimentará también a partir de enero un incremento en su precio de 40 céntimos. Proporcionalmente, cada bombona subirá un 3,13%, así que el precio pasará de los 12,79 euros actuales a 13,19 euros. La explicación oficial es que el aumento es el "resultado de aplicar la revisión automática de costes e integrar la evolución del precio de las materias primas".
Pero la bombona de butano se ha disparado en el último año. En octubre de este año, el Gobierno aplicó otro incremento que situó en el 16,6% el encarecimiento acumulado de este combustible en 2010, a lo que además habría que sumarle la famosa subida del IVA.
Y para las personas que no tienen butano, queda la opción del gas natural. Que también va a subir. Casi un 4%, según las asociaciones de consumidores utilizando datos del Ministerio de Industria, aunque desde Facua estiman que durante el último año, el precio del suministro de gas natural se ha incrementado un 10,3% para el usuario medio, teniendo en cuenta también la subida del IVA del pasado verano.
Y, además de los suministros en los domicilios, durante 2010 han subido una serie de tasas que también regulan las administraciones públicas y que han repercutido de forma directa en los bolsillos de los consumidores. Más allá de la mencionada subida del Impuesto del Valor Añadido del verano, otros aspectos como las tarifas de la Inspección Técnica de Vehículos han subido, según los cálculos de Facua, un 1,4% para las revisiones de turismos y un 1,7% para los vehículos de hasta tres ruedas.
Otro servicio relacionado con el transporte, el del taxi, también subirá este año otra vez. El Instituto Metropolitano del Taxi anunció ayer una subida en las tasas del 1,8%, algo que se justificó desde la Junta de Andalucía por la subida del IPC. Con las nuevas tarifas, los usuarios pagarán dos céntimos más por la bajada de bandera respecto a 2009 y un céntimo de incremento por kilómetro. Así las cosas, la bajada de bandera costará con el nuevo año 1,40 euros y el kilómetro recorrido 0,76 euros. Siempre, claro está, de las tarifas ordinarias.
Por lo menos, el agua no subirá al menos inmediatamente. La Junta de Andalucía ha decidido posponer la aplicación del canon que establecía la Ley del Agua y también del impuesto sobre la bolsa de basura. Tampoco es para echar las campanas al vuelo, porque son proyectos aplazados, que no desechados. O sea, que volverán a ponerse sobre la mesa más tarde o más temprano, incluso de forma directamente proporcional a las elecciones municipales.
Pero salvo ese respiro momentáneo, queda poco donde rascar. Se eliminó el cheque bebé, desaparecerá la ayuda de los 426 euros para los parados, el IVA seguirá estando en el 18%, seguramente la gasolina seguirá al alza y el Euríbor hará de las suyas... Un comienzo de año nada prometedor.
granada hoy
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