martes, 4 de diciembre de 2012

Talas contra incendios (IDEAL GRANADA)

Los espacios naturales de la provincia de Granada son ahora el escenario de podas y fajas masivas

pinos, encinas y quejigos. Yacen en el suelo de los bosques situados en espacios naturales protegidos de la provincia de Granada. Miles de ejemplares, grandes y pequeños, son talados en un intento de clarear los bosques y reducir el peligro de incendio. Aunque el objetivo es positivo y los expertos consideran que es la única forma de poner obstáculos a los incendios forestales y facilitar su extinción, la imagen es triste.
Grandes troncos de ejemplares aparentemente sanos tapizan los suelos, han sido despojados de sus ramas y sus troncos cuarteados. Eran árboles que se encontraban en bosques excesivamente densos, muchos de ellos afectados por plagas y que, en realidad, eran potenciales bombas incendiarias, que fueron plantados en la década de los sesenta, muy juntos unos a otros con la intención de que creciesen rápido y muy rectos para conseguir maderas largas y de alta calidad comercial. Muchos de ellos no llegaron a talarse y se habían convertido en un problema para el crecimiento general del bosque, que no puede con esa densidad, y un potencial combustible para las llamas.
«Desde hace unos años se realizan trabajos de prevención de incendios en las masas forestales de la provincia de Granada», dice el jefe del Servicio de Gestión del Medio Natural de la Junta de Andalucía, Borja Nevot, que reconoce que la imagen de bosques con árboles en el suelo «puede ser dantesca», pero cuando los restos de las podas se retiran y el matorral comienza a crecer y el bosque logra su recuperación, «todo cambia». Hay que tener en cuenta que la imagen de un bosque tras un incendio es aún más dramática.
Trabajos
En el otoño e invierno es cuando se incrementan las actuaciones en los bosques y espacios forestales. Los equipos del Infoca, que en el verano se dedican a la lucha contra el fuego y a la extinción, en esta época realizan los trabajos de prevención, cortas, fajas de terrenos, desbroces, podas y talas. En estos días los especialistas del Infoca realizan su tarea en el Parque Natural de la Sierra de Huétor. «Es fundamental clarear los bosques porque hay demasiados árboles que representan un peligro inminente», dice uno de los operarios ataviado con el equipo de protección personal y una máquina de desbrozar en sus manos. «Tenemos, además, que abrir espacios para poder entrar a combatir el fuego en el caso de que se produzca, y quitar un chaparro situado junto a un carril y rodeado de matorral, significa dar vida a todo lo que hay detrás, y tener la opción de salvar todo un bosque», comenta.
Uno de los objetivos, en terrenos de repoblación con los ejemplares muy juntos, es evitar el contacto de las copas de los pinos para que el fuego no pueda propagarse de unos a otros. «Estos trabajos, igual que se hicieron el año pasado y en el último verano», se intensifican en las áreas situadas junto a carreteras, carriles y caminos más frecuentados, ya que son los puntos donde hay un mayor peligro de incendio.
Las talas y fajas se producen también para sanear las masas forestales. «Realizamos campañas selvícolas con tratamientos fitosanitarios, lucha contra plagas y mejora de la salud de miles de ejemplares de árboles que, de otra forma, morirían», dice Borja Nevot, que recuerda que casi no hay aprovechamiento económico de las talas y podas.
El sector maderero está en declive. Ahora la madera se vende para generación de biomasa, y los ingresos ni siquiera cubren los gastos de transporte. Vecinos de los espacios naturales sí aprovechan y recogen lo que pueden para leña.

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