La provincia cuenta con 80 kilómetros de rutas jacobeas que permiten al peregrino disfrutar de los caminos medievales, 17 de ellos a su paso por el Poniente Granadino, que ahora están recuperándose
Chelo González / Loja | Actualizado 28.10.2012 - 01:00
Descubrir el Camino Mozárabe de Santiago a su paso por el Poniente Granadino es una buena forma de disfrutar del entorno natural de la provincia tal y como lo hacían los peregrinos hace más de mil años. 'La Última Frontera de Al Ándalus' es una imagen de marca de calidad territorial, pero da nombre una tierra rica en historia que pocos autóctonos conocen. Desde que Santiago de Compostela se convirtió en punto de peregrinación para todo el continente europeo (siglo IX), los cristianos buscaron las mejores rutas para poder acceder hasta allí, entre ellas más de 800 kilómetros repartidos por toda Andalucía, casi 80 en Granada.
Los caminos utilizados desde la Alta Edad Media confluían en Córdoba, provenientes de Almería, Málaga, Granada y Jaén para continuar después hacia el Norte. Y aunque los mozárabes desaparecieron, el Camino que lleva su nombre ha continuado y ahora asociaciones de amigos del Camino de Santiago luchan por recuperarlo.
Andalucía es ya la segunda comunidad, después de Madrid, que más peregrinos aporta al Camino de Santiago; de hecho, de los más de 194.000 peregrinos que lo hacen al año, el 15% son andaluces. Solo el año pasado, la Vía de la Plata que transcurre en Sevilla y enlaza con el Camino de Santiago recibió más de 9.300 peregrinos (el 60% extranjeros).
Una de las rutas a seguir es la que atraviesa en corazón del Poniente Granadino, con 17 kilómetros que van desde la capital, Maracena, Atarfe, Pinos Puente, Olivares y Moclín. La semana pasada la realizaron un grupo de periodistas y promotores turísticos de la provincia invitados por el Grupo de Desarrollo Rural Poniente Granadino. Conocida como "el camino de las Angustias", el itinerario recupera el antiguo sendero que enlaza Olivares con Moclín, de unos 5 kilómetros de distancia, a su paso por la Ermita de las Angustias. Olivares es un anejo de Moclín de unos mil habitantes cuyos orígenes son prehistóricos (cuenta con numerosos yacimientos arqueológicos) y su desarrollo está vinculado a la Ermita del siglo XVI que recibía la visita de los lugareños devotos.
El punto de partida de la ruta está en Olivares, en la plaza de las Flores. El peregrino deberá cruzar el puente viejo en dirección a la iglesia y hacer una primera parada en el Convento de Olivares, un edificio del siglo XVIII que dispone de una panorámica espectacular del pueblo en su interior. El Ayuntamiento lo ha reformado recientemente y ha solicitado a la Junta que inicie los trámites necesarios para que sea declarado Bien de Interés Cultural. Desde allí, se iniciará la subida por el camino de los Tajos hasta el Barrio Cerro Alto, en dirección al Merendero de las Angustias, donde se puede hacer una parada para tomar aliento. Aunque el peregrino toma altura rápido, en el primer tramo se puede escuchar el sonido del río Velillos.
Un paisaje de pinos, olivos y numerosos granados envuelven al caminante, que circula por un camino perfectamente acondicionado para ser tomado incluso en días de lluvia. El itinerario que transcurre por parajes de incalculable valor paisajístico está jalonado de alojamientos rurales, así como la correspondiente señalización que acompaña al viajero en su ascenso a Moclín, salpicados por numerosos miradores, la ruta permite ver los impresionantes tajos.
Lo primero que se divisa al término del sendero es la muralla del Castillo de Moclín, una fortaleza conocida como la de 'las dos pupilas' que se construyó en el siglo XIII para la defensa del Reino Nazarí de Granada y que, a pesar de estar ubicada a más de mil metros de altura sobre el nivel del mar, fue constantemente asediada. El Higueral, un antiguo molino de aceite ahora reformado en cortijo rural es el primer vestigio humano que se encuentra a la entrada de Moclín, donde el peregrino se puede alojar si así desea.
Moclín, con unos 4.200 habitantes, es escenario de una de las manifestaciones religiosas más controvertidas de la provincia, la Romería del Cristo del Paño, en la que se cree se inspiró Federico García Lorca para su obra 'Yerma'. En este enclave, hay multitud de establecimientos donde el peregrino podrá degustar platos típicos mozárabes del Poniente Granadino y vinos de la provincia. Una vez allí, los visitantes pueden ir al Centro de Interpretación de Moclín, que permite profundizar en el papel que jugó la villa como última frontera de Al Ándalus y que le valió el sobre nombre de El escudo de Granada, en alusión a la resistencia del municipio ante el asedio de las tropas cristianas durante la Reconquista. Fue tomada en 1486 por los Reyes Católicos y convertida en una de las villas obligadas al mantenimiento de Granada.
Atalayas medievales que servían para comunicarse, pueden divisarse desde numerosos puntos entre Moclín y Colomera.
Grupos de Desarrollo Rural de Andalucía y Extremadura, coordinados por esta última, participan desde hace dos años en un proyecto de cooperación interterritorial que lleva por nombre Camino Mozárabe de Santiago, financiado por el Ministerio de Medio Ambiente en el marco de la Red Rural Nacional, cuyo objetivo es recuperar las rutas Jacobeas que partían del Sur.
El paso de peregrinos por estos enclaves es una la mejor fórmula para atraer al turismo de calidad, aquel que disfruta del entorno rural y las costumbres populares al tiempo que respeta la naturaleza. "Es una buena forma de diversificar la actividad económica rural que permite promover recursos para infraestructuras y equipamientos de acogida al peregrino", explica el presidente de la Federación Andaluza de Amigos del Camino de Santiago, Juan Ramos.
De ahí la importante labor de señalización y documentación que los Grupos de Desarrollo están realizando en estos itinerarios, que demandan además la colaboración de los Ayuntamientos para que adecuen albergues para los peregrinos (hay 17 en Andalucía). "Curiosamente, los chinos y americanos son los peregrinos que más recorren estos senderos", dice Ramos.
La Federación Andaluza cuenta con 600 socios amigos del Camino de Santiago y recientemente ha presentado una iniciativa en el Parlamento andaluz para que se impulse y se den a conocer estos senderos. Próximamente se presentará una Guía sobre los múltiples senderos e itinerarios del Camino Mozárabe de Santiago, cuyas rutas se pueden consultar en internet a través de la web www. caminomozarabedesantiago.es.
Los caminos utilizados desde la Alta Edad Media confluían en Córdoba, provenientes de Almería, Málaga, Granada y Jaén para continuar después hacia el Norte. Y aunque los mozárabes desaparecieron, el Camino que lleva su nombre ha continuado y ahora asociaciones de amigos del Camino de Santiago luchan por recuperarlo.
Andalucía es ya la segunda comunidad, después de Madrid, que más peregrinos aporta al Camino de Santiago; de hecho, de los más de 194.000 peregrinos que lo hacen al año, el 15% son andaluces. Solo el año pasado, la Vía de la Plata que transcurre en Sevilla y enlaza con el Camino de Santiago recibió más de 9.300 peregrinos (el 60% extranjeros).
Una de las rutas a seguir es la que atraviesa en corazón del Poniente Granadino, con 17 kilómetros que van desde la capital, Maracena, Atarfe, Pinos Puente, Olivares y Moclín. La semana pasada la realizaron un grupo de periodistas y promotores turísticos de la provincia invitados por el Grupo de Desarrollo Rural Poniente Granadino. Conocida como "el camino de las Angustias", el itinerario recupera el antiguo sendero que enlaza Olivares con Moclín, de unos 5 kilómetros de distancia, a su paso por la Ermita de las Angustias. Olivares es un anejo de Moclín de unos mil habitantes cuyos orígenes son prehistóricos (cuenta con numerosos yacimientos arqueológicos) y su desarrollo está vinculado a la Ermita del siglo XVI que recibía la visita de los lugareños devotos.
El punto de partida de la ruta está en Olivares, en la plaza de las Flores. El peregrino deberá cruzar el puente viejo en dirección a la iglesia y hacer una primera parada en el Convento de Olivares, un edificio del siglo XVIII que dispone de una panorámica espectacular del pueblo en su interior. El Ayuntamiento lo ha reformado recientemente y ha solicitado a la Junta que inicie los trámites necesarios para que sea declarado Bien de Interés Cultural. Desde allí, se iniciará la subida por el camino de los Tajos hasta el Barrio Cerro Alto, en dirección al Merendero de las Angustias, donde se puede hacer una parada para tomar aliento. Aunque el peregrino toma altura rápido, en el primer tramo se puede escuchar el sonido del río Velillos.
Un paisaje de pinos, olivos y numerosos granados envuelven al caminante, que circula por un camino perfectamente acondicionado para ser tomado incluso en días de lluvia. El itinerario que transcurre por parajes de incalculable valor paisajístico está jalonado de alojamientos rurales, así como la correspondiente señalización que acompaña al viajero en su ascenso a Moclín, salpicados por numerosos miradores, la ruta permite ver los impresionantes tajos.
Lo primero que se divisa al término del sendero es la muralla del Castillo de Moclín, una fortaleza conocida como la de 'las dos pupilas' que se construyó en el siglo XIII para la defensa del Reino Nazarí de Granada y que, a pesar de estar ubicada a más de mil metros de altura sobre el nivel del mar, fue constantemente asediada. El Higueral, un antiguo molino de aceite ahora reformado en cortijo rural es el primer vestigio humano que se encuentra a la entrada de Moclín, donde el peregrino se puede alojar si así desea.
Moclín, con unos 4.200 habitantes, es escenario de una de las manifestaciones religiosas más controvertidas de la provincia, la Romería del Cristo del Paño, en la que se cree se inspiró Federico García Lorca para su obra 'Yerma'. En este enclave, hay multitud de establecimientos donde el peregrino podrá degustar platos típicos mozárabes del Poniente Granadino y vinos de la provincia. Una vez allí, los visitantes pueden ir al Centro de Interpretación de Moclín, que permite profundizar en el papel que jugó la villa como última frontera de Al Ándalus y que le valió el sobre nombre de El escudo de Granada, en alusión a la resistencia del municipio ante el asedio de las tropas cristianas durante la Reconquista. Fue tomada en 1486 por los Reyes Católicos y convertida en una de las villas obligadas al mantenimiento de Granada.
Atalayas medievales que servían para comunicarse, pueden divisarse desde numerosos puntos entre Moclín y Colomera.
Grupos de Desarrollo Rural de Andalucía y Extremadura, coordinados por esta última, participan desde hace dos años en un proyecto de cooperación interterritorial que lleva por nombre Camino Mozárabe de Santiago, financiado por el Ministerio de Medio Ambiente en el marco de la Red Rural Nacional, cuyo objetivo es recuperar las rutas Jacobeas que partían del Sur.
El paso de peregrinos por estos enclaves es una la mejor fórmula para atraer al turismo de calidad, aquel que disfruta del entorno rural y las costumbres populares al tiempo que respeta la naturaleza. "Es una buena forma de diversificar la actividad económica rural que permite promover recursos para infraestructuras y equipamientos de acogida al peregrino", explica el presidente de la Federación Andaluza de Amigos del Camino de Santiago, Juan Ramos.
De ahí la importante labor de señalización y documentación que los Grupos de Desarrollo están realizando en estos itinerarios, que demandan además la colaboración de los Ayuntamientos para que adecuen albergues para los peregrinos (hay 17 en Andalucía). "Curiosamente, los chinos y americanos son los peregrinos que más recorren estos senderos", dice Ramos.
La Federación Andaluza cuenta con 600 socios amigos del Camino de Santiago y recientemente ha presentado una iniciativa en el Parlamento andaluz para que se impulse y se den a conocer estos senderos. Próximamente se presentará una Guía sobre los múltiples senderos e itinerarios del Camino Mozárabe de Santiago, cuyas rutas se pueden consultar en internet a través de la web www. caminomozarabedesantiago.es.
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