DIEGO SOTO |
La vigencia del uso medicinal de las plantas ha sido y será algo intrínseco a la naturaleza, y por tanto al humano, como parte de la misma. Las propiedades curativas que de las distintas especies arbóreas se extraen han servido para remediar las enfermedades que las sociedades han tenido que combatir. Egipcios, griegos y romanos acudieron a un gran número de plantas por sus increíbles poderes curativos asentando las bases de la farmacopea medieval.
En la actualidad, a diferencia de siglos u épocas pasadas, las plantas medicinales han caído en un segundo plano. Desde la metabolización química de las propiedades de las plantas medicinales por parte de los primeros laboratorios farmacéuticos allá por el siglo XVIII, el monopolio curativo se convirtió en una competencia cuanto menos interesada.
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