viernes, 1 de noviembre de 2013

Vivir más, a pesar del cáncer


Aunque se sigue tratando de una enfermedad de mal pronóstico, la Ciencia no deja de buscar soluciones al cáncer más mortal, el de pulmón. Son pequeños pasos hacia la búsqueda de una cronicidad para la que aún quedan años



Vivir más, a pesar del cáncer
Muchos expertos dicen que, si el tabaquismo se erradicara del planeta, el cáncer de pulmón sería casi una patología anecdótica.
Antes de hablar del pronóstico del cáncer de pulmón, los oncólogos especialistas en esta enfermedad sacan siempre a colación el asunto del tabaco. Es comprensible, porque muchas voces dicen que, si esta adición se erradicara del planeta, el cáncer de pulmón sería casi una patología anecdótica.
Desgraciadamente, la situación dista mucho de ser así y este tumor maligno constituye la principal causa de muertes por cáncer. En todos los congresos, como el de la Sociedad Europea de Oncología Médica que se celebró recientemente en Amsterdam, se presentan avances en su tratamiento pero, al contrario que en otras enfermedades tumorales, conseguir la cronicidad (de la curación,mejor no hablar) todavía es algo lejano, sobre todo para aquellos cuya enfermedad se detecta en fases avanzadas.
Según el jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla, Luis Paz Ares, esto ocurre desgraciadamente en la gran mayoría de los casos, alrededor de un 80%, opinión que comparte la vicepresidenta de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), Pilar Garrido, que cifra en un 70% el porcentaje de casos que se detectan cuando ya no son curables.
Pero dentro de las malas noticias, la oncología ha logrado hallazgos reseñables en los últimos años, la mayoría basados en la descripción de alteraciones moleculares que subyacen en algunos tipos de cáncer de pulmón. «Para ellas se han desarrollado tratamientos efectivos y selectivos », destaca Paz Ares, que especifica que la sobrevida que se ha logrado alcanza alrededor de los tres años, «cuando antes morían en pocos meses».
La cifra puede parecer escasa pero lo que también han conseguido los nuevos medicamentos es que de vida de los pacientes sea mejor. «No solo hay que tener en cuenta el tiempo de vida, sino también la calidad de ésta», subraya Garrido.
Mutaciones y tratamientos
Tener un apellido poco común en el cáncer de pulmón es una ventaja. Ocurre, por ejemplo, en el caso de la mutación EGFR, que da acceso a tratamientos orales mucho más llevaderos que la tradicional quimioterapia.
Por esta razón, los expertos insisten en que ante un carcinoma de pulmón no operable es importante que el paciente se asegure de que le hacen la llamada determinación de EGFR. «No se hace en todos los hospitales, pero casi todos los centros saben dónde mandar a analizar el tejido», apunta la vicepresidenta de la SEOM.
Esta mutación afecta a aproximadamente el 10-15% de los casos, aunque es más común en los escasos casos de cáncer de pulmón que se dan en no fumadores.
Hace alrededor de cinco años salió el primer fármaco dirigido a esta anomalía molecular y supuso una revolución, no solo por alargar considerablemente la vida de los pacientes, sino por su forma de administración, un comprimido que se toma por vía oral. Desde entonces, han nacido nuevos medicamentos, cada vez mejores, el último de ellos prácticamente recién aprobado en Europa.
Pero esta mutación no es el único apellido que puede hacer de un cáncer de pulmón avanzado algo más llevadero. La traslocación del gen ALK, para la que también un fármaco específico, afecta solo a alrededor de un 4% de los pacientes. «Además de estos medicamentos ya establecidos, hay muchos potenciales, dirigidos a nuevas alteraciones que se van identificando continuamente », apunta Paz Ares.
Garrido, por su parte, destaca que no hay que dejarse llevar por el hecho de que los porcentajes sean pequeños. «Un 1% de muchos afectados en el mundo es mucha gente», puntualiza.
Para las personas que no tienen alteraciones moleculares, la ciencia también trabaja sin descanso. Por ejemplo, con la inhibición de la angiogénesis, el mecanismo que necesita un tumor para alimentarse. Paz Ares considera que un paciente de esta enfermedad debe, ante todo, confiar en su médico, lo cual no implica que no pida una segunda opinión «como en todas las decisiones importantes de la vida».
El experto recomienda buscar la participación en ensayos clínicos, una alternativa para probar medicamentos en estudio. Garrido está de acuerdo en el importante papel del oncólogo y aborda un aspecto del que es delicado pero necesario hablar: el final de la vida. «El médico quiere proporcionarle al paciente el máximo confort. A veces esto supone un nuevo tratamiento, pero en ocasiones habrá de ser el control de síntomas», concluye.

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