Un hombre era sin destino con un viejo carro que contiene sacos de tierra, cuidando que nadie se los robe. La tierra representa su identidad y le permite seguir recordando quién es, de donde viene, sus antepasados… el personaje habla con un joven invisible para el público, el cual enseña cómo sobrevivir en ese mundo desarraigado y cruel; todo se va convirtiendo en una confesión en la que poco a poco se impone la figura obsesiva de una mujer
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