Tina May fue la encargada de abrir un certamen que cada vez cuenta con más seguidores
La apuesta por la profesionalización en la edición de este año del festival Jazz en el Lago de Atarfe se ha saldado el primer día con un casi lleno. Con una cifra de espectadores por encima del millar de personas la edición de este año ha colaborado con su taquilla a la permanencia de esta pequeña muestra con la que se inicia el programa de festivales veraniegos en nuestra provincia.
El concierto lo abrió la cantante inglesa Tina May que presentó un concierto dedicado a las cantantes clásicas del género, una actuación de tono exquisito e intimista que fue el contrapunto del despliegue de potencia e invitación al movimiento del concierto de la Big Band de Atarfe y el gran organista granadino Enrique Valdivieso, pionero que fuera en la utilización del órgano Hammond en el jazz español. Dos años han tardado en dar forma a esta presentación que tuvo tres partes, una dedicada al genio Jimmy Smith con adaptaciones de obras como The cat o ¿Quién teme a Virginia Wolf?, una segunda con la presencia del cantante sueca Edith B en tono cabaretero y con material de Cole Porter (My heart belongs to daddy) y una final con la orquesta y su propia vocalista, Sara Morales a bese de estándares de Aretha Fralklin y Ella Fitgerlad. Terminó el concierto con una composición propia de Valdivieso dedicada a la ciudad de Atarfe. El organista recibió anoche uno de los premios que anualmente otorga el festival, en su caso "por su aportación al jazz español".
Anoche le tocó el turno al Pedro Iturralde Quartet, que presentó su montaje Etnofonías, al pianista Sergio Pamies, que interpretó temas de su disco Borrachito y a la Picolina Jug Band. El certamen, que ha alcanzado ya su quinto año de existencia, comienza a ser uno de los festivales de referencia en los comienzos del verano granadino y está adquiriendo cada vez más adeptos por sus propuestas y su calidad.
El concierto lo abrió la cantante inglesa Tina May que presentó un concierto dedicado a las cantantes clásicas del género, una actuación de tono exquisito e intimista que fue el contrapunto del despliegue de potencia e invitación al movimiento del concierto de la Big Band de Atarfe y el gran organista granadino Enrique Valdivieso, pionero que fuera en la utilización del órgano Hammond en el jazz español. Dos años han tardado en dar forma a esta presentación que tuvo tres partes, una dedicada al genio Jimmy Smith con adaptaciones de obras como The cat o ¿Quién teme a Virginia Wolf?, una segunda con la presencia del cantante sueca Edith B en tono cabaretero y con material de Cole Porter (My heart belongs to daddy) y una final con la orquesta y su propia vocalista, Sara Morales a bese de estándares de Aretha Fralklin y Ella Fitgerlad. Terminó el concierto con una composición propia de Valdivieso dedicada a la ciudad de Atarfe. El organista recibió anoche uno de los premios que anualmente otorga el festival, en su caso "por su aportación al jazz español".
Anoche le tocó el turno al Pedro Iturralde Quartet, que presentó su montaje Etnofonías, al pianista Sergio Pamies, que interpretó temas de su disco Borrachito y a la Picolina Jug Band. El certamen, que ha alcanzado ya su quinto año de existencia, comienza a ser uno de los festivales de referencia en los comienzos del verano granadino y está adquiriendo cada vez más adeptos por sus propuestas y su calidad.
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